Yolanda Kakabadse ha sido representante del sector público y de la sociedad civil, siempre con un propósito: promover el desarrollo sostenible. Hace unas semanas participó en Mendoza del Encuentro +B como miembro del B Team, y conversó con Los Andes.
Conservacionista ecuatoriana. Creó dos fundaciones. Se desempeñó como Ministra de Medioambiente en el gobierno de Ecuador de 1998 a 2000. Fue presidenta de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Hoy es miembro del board del B Team, que busca mejorar la forma hacer negocios, priorizando a las personas y al planeta por sobre los negocios. Una mujer que supo posicionarse entre las protagonistas del mundo ambiental y del conservacionismo. Aquí una conversación con Yolanda Kakabadse.
¿Han crecido los negocios en la toma de conciencia sobre el cambio necesario para cuidar al planeta?
Absolutamente. Sólo con un ejemplo. Cuando el presidente estadounidense Donald Trump anunció que salía del Acuerdo de París, miles de actores dijeron que no se irían, que continuarían. Esos actores fueron los gobernadores, las universidades, los alcaldes, grupos de la sociedad civil; pero principalmente de la empresa privada, no sólo pequeños emprendimientos. Creo que estamos viviendo el momento de cambio más importante de la esfera privada de esta década.
¿Eso es porque las nuevas empresas ya surgen con un ADN diferente, o porque también hay transformación de empresas históricamente vinculadas a ser más contaminantes?
Las dos cosas. La sociedad es menos tolerante al abuso de la empresa privada y empieza a ser más selectiva en su decisión de compra. La sociedad consumidora exige una información que obliga a la empresa a que, si quiere sobrevivir en el mercado, cambie los patrones de consumo. Al mismo tiempo, empiezan a surgir las empresas B y otras que quieren competir en el mercado con esa forma de pensar del consumidor. Ofrecen nuevos valores y nuevas formas de producción para ese consumidor más responsable.
¿Cuáles son los principales desafíos que se le presentan a los negocios que buscan trabajar en pos del desarrollo sostenible?
Son dos. Por un lado, la construcción de visiones a largo plazo. Lo que implica que estén involucrados el productor, los gobernantes de una nación, las organizaciones intergubernamentales de una región. Seguimos regidos por excepciones, por gobernantes y decisores que miran el beneficio de corto plazo. Lo que está ocurriendo con las empresas B y con los cambios en los grandes líderes empresariales es un rompimiento de los esquemas tradicionales, que van a influir en generar espacios para construir visión a largo plazo. Por otro lado, necesitamos más responsabilidad por parte de los gobernantes. Lo que estamos viendo ahora tiene un valor especial porque, aún sin necesidad de los gobernantes, los empresarios están cambiando, pero no todos; muchísimos necesitan nuevos marcos regulatorios, nuevos sistemas de control y ejercicios en los que todos construyan una visión a largo plazo.
El encuentro +B se celebró en un setiembre importante para la acción ante el cambio climático. ¿Cree que estamos ante un momento político donde falta esa responsabilidad de los gobernantes o ante un momento diferente en el que la política está escuchando más a los ciudadanos?
Creo que el político está escuchando más porque la sociedad tiene nuevas formas de generar presión. Aún con Bolsonaro en Brasil y Trump en Estados Unidos, junto a otros que cuestionan las decisiones globales tomadas; ello ha hecho que los movimientos crezcan y se fortalezcan para tratar de lograr objetivos más grandes, fuertes y permanentes. En estas dinámicas ya no están trabajando las ONGs por un lado, los empresarios por otro, la academia por otro; todos están sumando esfuerzos.
¿Cómo va a impactar en la región latinoamericana lo vivido aquí en Mendoza con el Encuentro +B?
Este tipo de dinámicos son una revolución en América Latina. El mundo B no son sólo las empresas b, sino también la academia b, los abogados b, los medios b que aparecen en esta región, como en ninguna otra. Destaco además la presencia del B Team, un grupo extraordinario de los más fuertes líderes del sector privado -al cual soy privilegiada de pertenecer- que observan, aprenden y comparten. Ese B Team tiene una capacidad para influir en decisiones públicas o a nivel individual. Su intención en Mendoza fue generar lazos más fuertes con Sistema B.
Si tuviera que darle un mensaje al lector para que comience o profundice su vínculo con el mundo B, ¿qué le diría?
Interesarse en ser un miembro activo de las soluciones y no esperar que las soluciones vengan desde arriba. Cuando el ciudadano decide participar activamente, el mundo cambia.
Más info en la cuenta de Twitter de Yolanda Kakabadse: