Se suben a las tablas y olvidan por un rato los dolores del cuerpo y del alma. El elenco de teatro “Las Elegidas” de la escuela Adela Ponce de Bosshardt arrancó en 2008 y desde ese entonces ha sido un refugio para quienes deciden participar de un acto de transformación.
En la previa de su espectáculo Pinceladas para educar, parte del elenco junto a su directora y profesora, Andrea Simón, contaron a Los Andes lo que significó para sus vidas la incorporación de las artes escénicas destacando, entre otros aspectos, los lazos de amistad y afectos que les ha generado.
“El grupo surgió hace casi diez años, a partir de entonces se constituyó el elenco – que en esa época tenía un varón- y algunas de las chicas aún siguen hasta hoy. Muchas de ellas venían de las aulas del tiempo libre (UNCuyo) y el resto se fue sumando”, contó la profe Andrea.
La particularidad es que el grupo, compuesto actualmente por 15 mujeres, es muy heterogéneo respecto a las edades ya que van desde los “30 y pico” a los “70 y tantos”. “Se da un intercambio interesante entre cinco generaciones de mujeres”, agrega entre comentarios pícaros de sus alumnas.
Un espacio especial
Para la actriz Ana María León hacer este tipo de actividades es hermoso, porque son momentos que puede dedicarse a ella misma, algo que antes cuando trabajaba no podía hacer. “Lo importante es el trabajo que se logra con disciplina y asistencia”, coincide Andrea antes de cederle la palabra a otra de sus estudiantes.
Patricia Casucci dice que la escuela artística permite vincular a toda la familia. “Yo hacía piano y siempre veía salir a mis actuales compañeras muertas de risa. Así me animé. Mientras, mis hijos van a guitarra y batería. Lo bueno de todo esto es que es gratuito por lo que podés ir probando las distintas actividades y elegir la que más te gusta”, señaló.
Respecto del aire que se respira en cada ensayo, Carmencita Boris dijo que es un espacio especial para dar vida y crear personajes. “Cuando estoy en teatro no tengo edad, no tengo dolores. A veces me olvido de todo, hasta de la letra”, contó riendo.
Las actrices añaden que es un ejercicio y una disciplina a la que hay que atenerse, pero también un juego en el que se cuenta un cuento. “El desafío final es que el público pueda sentir lo que quisiste transmitir”, describió Carmen.
Para Las Elegidas todo el arte es una manifestación que sale de adentro de una y para ellas las clases de teatro es una transformación que se va dando clase a clase. “Podés llegar cabizbaja y salir muy feliz. Sirve mucho”, confirmó Ana María.
Un oasis
El escenario, los momentos de ensayo, las discusiones sobre un texto, la forma en que se va a montar el escenografía son todos momentos de “olvido”. El elenco lo han integrado mujeres que han tenido cáncer, han sufrido una muerte cercana o han tenido que lidiar con el sistema judicial, entre otros problemas personales.
“Lo bueno es que muchas atraviesan el duelo sin dejar de venir a clases. Eso hace muy bien. Porque suben al escenario y dejan de pensar un rato en sus problemas cotidianos”, aseguró la profesora. Emilia García, acompañó estas palabras agregando que todas comprenden que no es terapia y que Andrea sabe muy bien manejar los espacios de cada una encausándolos hacia el momento teatral.
María Esther Bátiz dice que es imposible estar triste porque los personajes que encarnan las ayudan interna y externamente. “Lo más difícil es manejar lo que te ocurre internamente. Pero sirve mucho porque trabajás el respeto y el perdón. Muchas veces te peleás con una compañera y ahí nomás tenés que trabajar con lo que te pasa para sobreponerse a esa situación”, aseguró.
Algo similar contó su hermana Alicia quien empezó “medio depre” y por insistencia de sus familiares y a los dos meses ya estaba actuando. “La profesora me ha sabido llevar. Y además es una gran ayuda para los momentos tristes”, remarcó.
Para finalizar, agradecieron el apoyo constante de la directora de la escuela Bosshardt, Laura Rios añadiendo que quienes quieran sumarse pueden hacerlo acercándose a la institución ubicada en la calle Luzuriaga 260 de Ciudad.
La elección de las obras
La profesora Simón explicó que no es fácil conseguir dramaturgia para un elenco con tantas mujeres, por lo que en general realizan adaptaciones para que todas tengan el mismo espacio de participación. Así han interpretado “Venecia”, “Nosotros en privavera”, “Entre Nosotros”, “Mujercitas de Varieté” y “Mix de Madres”, entre otras. También han trabajado con textos de autores mendocinos, como Fernanda Rodriguez Briz, y de Federico García Lorca o Shakespeare, entre otros.
Este año realizarán “Pinceladas para educar” que para ellas es un nuevo desafío porque mezcla diversos lenguajes escénicos que trabajan a modo de “pinceladas”. Por ello incluyen luz, música, simbolismo, vestuario, maquillaje, coreografías, juegos, magia y fonomímica, entre otros para abordar un tema que es crucial con compromiso y también con humor.
Apoyo
Obra: Pinceladas para educar
Día: 13 de diciembre
Hora: 21.30
Lugar: Teatro Las Sillas (O. V. Andrade 510)
El Elenco:
María Esther Bátiz
Alicia Bátiz
Carmen Boris
Emilia García
Maryté Bauzá
Ana María Schiavone
Mirta Porro
Ana María Savina
Betina Amor Azcárate
Patricia Casucci
Ana María Elorga
Cintia Núñez
Gabriela Lucero
Rosario Romero
Dirección:
Andrea Simón