"Feminista en deconstrucción y representante de las trabajadoras". Así se presenta Marisa Uceda ante la sociedad. La elegida por Anabel Fernández Sagasti para encabezar la lista de precandidatos a diputados nacionales fue la gran sorpresa del cierre de listas.
Abogada laboralista, milita desde hace cinco años en La Cámpora y se muestra crítica de la gestión de Alfredo Cornejo. Al tener prácticamente la banca asegurada en el Congreso por encabezar la lista del Frentes de Todos, sostiene que toma este nuevo desafío "con mucha responsabilidad".
No obstante, evita hablar de su protagonismo y expresa que forma parte "de un equipo de trabajo" que intentará establecer "un nuevo modelo político-social" bajo el sello de la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.
-¿Cómo tomá esta incursión en la política y en el Congreso?
-No dejo de estar emocionada, sorprendida y expectante por lo que nos tocará.
-¿Cómo le llegó la propuesta para encabezar la lista?
-La decisión fue de Anabel (F. Sagasti) y entiendo que consensuada con el resto del PJ, los intendentes y los espacios que conforman el partido. Yo no lo había hablado, se trató de una elección de ella. La verdad que estamos acostumbrados a que nos sorprenda, porque ésta es una nueva forma de hacer política y tenemos la plena confianza de la gente que trabaja al lado de Anabel, ella tiene un compromiso con la ciudadanía. Todo esto fue lejos de la rosca, lejos de la designación a dedo o por un mero capricho.
-¿Cómo tomá este rol protagónico que va a tener?
-Yo soy parte de un equipo de trabajo. Hace un tiempo largo que venimos trabajando y articulando. Mi primera vinculación fue con el Observatorio de Trabajo, del mismo riñón de Anabel. No asumo un rol protagonico. Lo que visibiliza mi candidatura es el trabajo de todo un equipo.
-Usted tuvo militancia en Franja Morada y muchos sacaron a relucir ese pasado suyo para desacreditarla.
-La verdad que me da risa tener que contestar esto. Yo milité en la Franja como (Alfredo) Cornejo y sigo creyendo lo mismo que cuando militaba en los ‘90, durante los últimos años del menemismo. Era una época en la que la política estaba contaminada. Teníamos el miedo de que se terminara la universidad pública, que estaba permanentemente en el foco de los liberales. Yo vengo de una familia humilde de trabajadores y si no hubiese sido por la universidad pública no podría haber estudiado. Igual yo seguí firme con mis convicciones, confiando en una patria libre, justa y soberana. La que se corrió fue la Franja. A mí me interpeló y enamoró el proceso que se inició con Néstor (Kirchner) y Cristina. Cornejo también fue kirchnerista, pero parece que se olvidó.
-Va a tener que adaptarse al Congreso, a su modo de trabajo, a la rosca política...
-Sí, sin ninguna duda. Tengo familia y dos niñas chicas. Será complejo pero no imposible, porque tengo un gran compañero con el que nos compartimos las tareas en un 50 y 50 por ciento. En cuanto a la rosca, no me voy a hacer cargo de eso. Estamos en un espacio político que crece sin ese espacio contaminado, y por eso entendemos que está haciendo mella en la sociedad. Esta nueva forma de hacer política es lo que la gente está pidiendo.
-Siendo abogada laboralista ¿Qué piensa de una posible reforma laboral?
-Claramente tengo temor pero creo que el 10 de diciembre al país lo va a gobernar un nuevo modelo político social. Con esta nueva Argentina que vamos a tener que reconstruir no tiene lugar esta reforma laboral. Pero en caso que estas cosas no salgan así, si el proyecto que pueda presentar el Gobierno significa quitar derechos a los trabajadores, claramente no la voy a apoyar, porque viene impuesto por el FMI.
-¿Qué opina sobre el proyecto de despenalización del aborto?
-Cuando el debate se plantee voy a dar mi posición y fundamentarla. Yo soy mamá de dos niñas y creo que la maternidad tiene que ser deseada. Y en su momento cuando lo planteemos lo voy a analizar desde este punto de vista y como un tema de salud publica. El Estado debe regular, controlar y hacerse cargo.
-¿Cómo ve el gobierno de Cornejo?
-En Mendoza viven familias sin empleo, sin un sueldo que alcance para las necesidades básicas; comerciantes que tienen que cerrar sus negocios; docentes mal pagos. Esta Mendoza deja a muchas personas afuera de este Estado ordenado
