Las disidencias persisten tras la unificación de la CGT

Jorge Córdova del Supe, y otros dirigentes, mostraron sus diferencias con la nueva conducción “unida” de la central obrera local.

Las disidencias persisten tras la unificación de la CGT

Algunos memoriosos aseguran que “nunca hubo una unificación de la CGT que no dejara a alguien afuera”. Lo que significa que nunca hubo unificación. Pues bien, si la historia tiene razón, eso volvió a pasar.

Es que a pocas horas de que unos cuarenta gremios celebraran la ansiada “unificación de la CGT”, aparecieron los reproches. Los sindicatos que no integraron la lista unidad levantaron la voz.

El primero en hacerlo es quien aún se considera titular de la “CGT disidente”, Jorge Córdova, (Supe). “Alguien tiene que aclarar esto.

Salieron a hablar de unificación pero no están todos”, señaló. “No hubo un plenario debidamente notificado. Fue sólo una reunión de algunos gremios”, agregó.

El enojo mayor de Córdova se relaciona con la participación del enviado de la CGT nacional, Francisco “El Barba” Gutiérrez quien, junto a Horacio Otero, coordinador de la central obrera, apuntaló la “normalización” de la CGT local.

“Muchos se vieron sorprendidos con la presencia de gente de Buenos Aires, que vino a decir cómo son las cosas”, señaló el veterano dirigente, aunque aceptó que “algunos prefirieron quedarse”.

Luis Márquez, flamante secretario general de la unificación, le respondió a Córdova. “Todos los gremios fueron notificados. Él incluso mandó un representante”, dijo.

Proceso complicado

Está claro que la unificación festejada por los asistentes al encuentro del lunes pasado, no fue un proceso fácil.

En realidad, las conversaciones para que absolutamente todos los sectores estuvieran juntos, habían avanzado. Se había logrado el renunciamiento de Rodolfo Calcagni y de Córdova “para dar lugar a nuevas caras”. Incluso se había logrado una fecha consensuada para el plenario: 14 de noviembre. “Fecha que fue bien notificada, con aparición en medios, cartas a cada gremio y comunicaciones telefónicas”, recuerdan los hoy disidentes.

Hay quien dice que “un grupo de dirigentes ligados al ex gobernador Francisco Pérez” viajó a Buenos Aires para imponer su posición. “Eso hizo que la CGT nacional desoyera aquel llamado”, aseguran. También se habla de un grupo “muy cercano al kirchnerismo”, que buscaba participar en la conducción.

Así surgió la fecha del 5 de diciembre, decidida en parte por la conducción nacional, que vio en Gutiérrez y Otero, a los hacedores de la normalización.

Claro está que no todos estuvieron de acuerdo. “Hubo compañeros que no quisieron venir, pero las puertas están abiertas”, reconoció Márquez.

Calcagni (Sipemom) fue uno de los ausentes. El ex jefe de la CGT local consideró que “hubo irregularidades”, sobre todo en la convocatoria.

Sin embargo se despegó de Córdova al entender que “igualmente se normalizó la conducción”. Por eso mostró cierta adhesión. “Apuesto a esta CGT. Espero que haya unidad pronto”, dijo.

También hubo otras ausencias notables. Es el caso de Camioneros, Canillitas, empleados de estaciones de servicio, judiciales federales, viales, la UOCRA, por nombrar algunos.

Córdova añadió: “Amas de Casa, químicos”. Y aseguró que “la estructura de la CGT disidente se mantendrá”.

Pero ése no es el ánimo de todos los ausentes. Guillermo Pereyra, del CEC, no fue, pero envió a su adjunto, José Berenguer. “No creo que haya unidad, aunque en un principio estamos adentro”, dijo, entendiendo que la división “es política”, y por eso pide “buscar consensos”.

En similar sentido se expresó Raúl Camargo, de Canillitas. “Esperamos que con el tiempo podamos rever esta unificación, reunirnos y retomar el camino indicado”, dijo.

Otro que pide repensar la estrategia es el judicial federal Ariel Pringles. “No se logró una unidad monolítica ni férrea. No hubo renovación de cuadros ni de nombres. Debería haber un debate para que realmente avancemos hacia esa unidad”.

Empleados de casinos, de paro

Por el paro nacional de los trabajadores de juegos de azar que empezó ayer la provincia no recaudó 1.300.000 pesos en promedio por las jugadas que no se hicieron, según informaron desde Juegos y Casinos.

Ayer los trabajadores de juegos de azar, hipódromos, loterías provinciales y Lotería Nacional empezaron ayer un paro de actividades por tiempo indeterminado en rechazo al tratamiento del proyecto de ley para modificar el impuesto a las Ganancias que propone gravámenes al juego y que, según denuncian desde el sector, “desencadenará despidos”.

La medida de fuerza llegó a la Legislatura e incluye a bingos, casinos, actividades hípicas, loterías provinciales y juegos de quiniela y poceada de la Lotería Nacional, y contempla también la realización de una multitudinaria marcha nacional al Congreso.

El estreno de la central unificada

La mañana de ayer fue también el estreno, en las calles, de una CGT que se reunificó el lunes y que se vincula más con trabajadores privados que con el sector estatal.

El motivo principal fue el reclamo de empleados de juegos y casinos por el análisis de nuevos impuestos, aunque también se solidarizaron con el pedido de los gremios por la EPTM.

Luis Márquez, flamante secretario general, y Oscar Arancibia, secretario adjunto, fueron las caras de la unificación presentes.

“Estamos acá y vamos a defender los puestos de trabajo porque siempre el hilo se corta por lo delgado que son los trabajadores. Esta CGT va a trabajar intensivamente para cuidar los puestos”, dijo Márquez.

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