Una persona que sufre diabetes sabe que su enfermedad no tiene cura: la clave para sobrellevarla es incorporar grandes cambios en su alimentación. Esto representa un gran desafío para los más de 90.000 mendocinos que padecen esta enfermedad, ya que no sólo les exige un gran esfuerzo de voluntad, sino que además deben enfrentar numerosas dificultades a la hora de conseguir productos en supermercados, restaurantes y negocios.
Aprender a identificar y controlar complicaciones esenciales como las hipoglucemias y las hiperglucemias es esencial para un diabético. Sin embargo esta tarea puede hacerse difícil cuando la lista de opciones disponible carece de alternativas que se adapten a su régimen. Por ejemplo, una persona diabética que decide salir a comer en familia o con amigos, puede enfrentarse con dos escenarios en suelo mendocino: o bien el menú no posee platos aptos para diabéticos o las alternativas disponibles tienen precios muy elevados. Es por eso que más de una persona que sufre esta enfermedad se ve obligada a tomar un café mientras los demás comensales se deleitan con los platos del lugar.
Otra dificultad que deben enfrentar los diabéticos en Mendoza viene de la mano de los pequeños placeres: son muy pocas las heladerías de la provincia que ofrecen helados sin azúcar, y aquellas que lo hacen suelen establecer precios muy elevados para este tipo de productos.