El confinamiento obligatorio en nuestros hogares ha puesto de manifiesto la importancia de ciertos espacios y ambientes como balcones y terrazas en nuestro día a día. Esta nueva valoración de la forma en que habitamos ¿tendrá algún impacto en los desarrollos inmobiliarios post-cuarentena?. Opinan los expertos.
Aunque aún nos encontramos inmersos en la cuarentena obligatoria dictada por el gobierno nacional como forma de disminuir el impacto del Covid-19 en nuestro país, es posible advertir que una vez terminado este tiempo de aislamiento, muchas cosas no volverán a ser como antes.
Algunas desarrolladoras inmobiliarias, por ejemplo, se animan a pensar en cómo será el día después de que la cuarentena termine. Además de las dificultades económicas, que seguramente profundizarán la crisis de un ya muy golpeado mercado, los empresarios empiezan a vislumbrar los posibles cambios en los hábitos que muchas personas están experimentando y cómo esto impactará en los nuevos emprendimientos inmobiliarios que se proyecten a partir de ahora.
Para Javier Rius de Ayres Desarrollos, "cuando pase lo peor de todo esto, va a hacer falta una nueva cultura social y también una nueva perspectiva para afrontar la función de la arquitectura en el mundo. Reevaluar la ratio lleno-vacío. Adaptar la ciudad y los edificios para evitar la proliferación de las epidemias puede ser una oportunidad, amén de una necesidad. Hay que reescribir el Neufert, el libro de Petete de los arquitectos. Respetar una separación mínima entre personas y combinar el trabajo con la residencia va a trastocarlo todo".
Ezequiel Chomer, Director Financiero de la desarrolladora Chomer, no cree que haya "demasiada posibilidad de cambios en la mayoría de los proyectos, ya que por un tema de costos se trata en general de comprimir espacios y ganar cantidad de ambientes. Pero un espacio que estuvo siempre menospreciado en la mayoría de los proyectos ha venido siendo el balcón. Muchos lo construían solamente porque en algunos casos no computaba FOT, y costaba venderlo al mismo valor que la superficie cubierta del resto de las viviendas. El balcón es lo que conecta la unidad al exterior, al aire y sol que viene de afuera, y el público se comenzó a dar cuenta de que es un espacio muy importante en las unidades".
Por su parte, Darío Gabriel López de la desarrolladora Arquitectonika, opina que "los proyectos futuros tendrán que contemplar los cambios que se produjeron durante la cuarentena, porque no estamos exentos de que se produzcan otros acontecimientos en el futuro, por el calentamiento global, la contaminación, la sociedad de consumo exacerbada, etc. Los diseños deberán incluir los espacios de expansión, ampliar balcones y terrazas, deben ser espacios flexibles e indeterminados que permitan diferentes usos en momentos distintos, mejor iluminados y ventilados con ahorro de energía por sistemas pasivos y activos, de reutilización de agua para riego y limpieza de espacios comunes".
También para Flavio Galli, CEO de Grupo Tueroc, "habrá una nueva modalidad de proyectar luego de la cuarentena, lo que será un gran desafío para los arquitectos. Se comenzarán a tener en cuenta cuestiones como el cuidado personal, la higiene, el diseño gráfico y el equipamiento. Además, otros aspectos como la tecnología y la eficiencia en el uso de los espacios, circulaciones y sobre todo aquellos lugares donde se conglomere gente. Considero que se deberán evaluar muy bien los sistemas de ventilación, renovación y climatización del aire. Ventilación e iluminación de ambientes de manera natural tomarán otra dimensión. Respecto a las terminaciones, se deberán recrear las unidades de fácil limpieza y desinfección".
Con respecto al impacto económico que podría tener la implementación de estos cambios surgidos de la experiencia de la cuarentena en los nuevos emprendimientos que se diseñen a partir de ahora, los desarrolladores tienen opiniones diversas.
Para Federico Rosbaco, CEO de Rosbaco & Partners, "en lo económico no supondrían un costo extra significativo, máxime si se invierte desde la etapa de preventa o desde pozo y la relación costo-beneficio sería algo que el público inversor estaría dispuesto a pagar ya sea por la renta futura superior que estos diferenciales suponen o para aquellos que quieran habitar las propiedades. Esta situación que hoy nos toca vivir nos está dejando varias enseñanzas para aquellos que logramos aprender y ver las oportunidades que las crisis siempre nos otorgan. La necesidad de espacios amplios y luminosos, de balcones y terrazas habitables sumado a la domótica, una tecnología que aplicamos a todos nuestros proyectos y que no sólo permiten ahorros en energía sino la posibilidad de tener conexión WiFi en espacios comunes".
En la misma línea, Javier Rius de Ayres Desarrollos, opina que “seguramente será preciso reordenar completamente el urbanismo de las funciones y la movilidad. Reconfigurar espacios para reducir desplazamientos y contactos. Rehabilitar el parque existente para que los espacios vivideros puedan ser, a su vez, espacios productivos, áreas de actividad y viceversa, como las estancias de los jóvenes italianos recluidos en la obra de Boccaccio. Despensas más grandes, balcones más amplios, separadores en asientos, duchas desinfectantes, centrales informáticas, sistemas neumáticos para residuos, tabiques móviles, percheros para cascos y gabaneros para mascarillas y trajes desechables …., en definitiva necesidades nuevas que obligarán a replantearnos los programas funcionales de las nuevas edificaciones convertibles”.
Para López, por último, es importante “tomar conciencia de la importancia de estos espacios e incluirlos en la estructura de costos como un beneficio no un gasto”.
El análisis sobre las nuevas formas de habitar y los cambios que esto puede producir en emprendimientos futuros, hace surgir el interrogante sobre si estas nuevas formas han sido contemplados por los códigos de edificación y urbanístico de la ciudad de Buenos Aires, recientemente actualizados, y si la digitalización “forzada” que se experimentó durante la cuarentena ayudará a agilizar los procesos a futuro.