La denuncia de violación contra el actor Juan Darthés cayó con el brío del iceberg que mandó al Titanic al fondo del mar. El destino de ese barco célebre, según especialistas consultados, vendría a graficar la manera en que el hombre se relaciona con la mujer en todos los ámbitos al menos hasta ahora: "un modo de relación que está condenado a desaparecer, más tarde o más temprano", opina la psicóloga Paola Legay.
Como en un efecto dominó que parece infinito, una vez conocida la denuncia de la actriz Thelma Fardin, en Mendoza aparecieron casos –algunos en denuncias, otros en formas de escrache en redes sociales– de mujeres que decían haber sido abusadas.
En las mismas redes, mujeres y hombres se manifestaron a favor del actor acusado de violación y pusieron en relieve enunciados como "con esto del feminismo se está llegando demasiado lejos", como escribió una tal Sandra X en Instagram.
O el escrito por una mujer de apellido López en Facebook: "Mil perdones pero ya las tengo llenas con el tema de las denuncias. A veces hay situaciones que uno tiene que hacer un alto y esperar que pasen. Me refiero al tema que el 80% del país habla, me refiero al acoso, abuso, violaciones, las cuales están siendo denunciadas por actrices, empleadas, alumnas y no sé cuántas más... Mi punto de vista es que por lo menos ninguna está libre de pecado para tirar semejante piedra". El comentario resultó con aprobaciones de muchas mujeres. "Te lo robo", escribieron algunas.
Expertos
"Lo que hay es un necesidad de que escuchen a las mujeres sin tener que ir a una sede judicial, donde sufren la revictimización de su caso. Las nuevas generaciones se sienten más representadas en las redes sociales que en instituciones como la justicia o los medios, que tienen una gran impronta machista", sigue Legay.
Para el sociólogo Javier Ozollo, director de la maestría en Política y Planificación Social de UNCuyo, "para comprender los escraches desde la denuncia contra Darthes, es necesario entender el contexto. La denuncia se hace en un momento de la historia política argentina donde el movimiento feminista ha conseguido poner en la agenda pública la igualdad de derechos".
En la visión de Claudio Pilot, psicólogo especializado en sexualidad, "esto se da gracias a la 'sororidad', que es el sentimiento de solidaridad y hermandad entre mujeres. Sin esta empatía que genera sentimiento de apoyo, las mujeres no se hubieran animado a hablar en público de abuso, porque la cultura machista no valida sus argumentos, los distorsiona (como hace Darthés cuando dice que fue Thelma la que lo sedujo), los niega y descalifica (como sucedió con la denuncia de Calu Rivero)".
En la mirada de Alejandrina Román de Giro, sexóloga, la denuncia de la actriz Fardín, "es positiva por donde se mire. No es fácil, debido a que ese tipo de relaciones se da en un marco de poder machista, que la chica se anime a denunciar. Antes se pensaba que tenía mucho que perder ya que se viene de siglos de opresión, ahora todo está cambiando".
Galantería, cortejo, piropos
Los modos en que históricamente un hombre intentaba acercarse a una mujer estaban vinculados en prácticas socialmente aceptadas como la galantería, el cortejo y el piropo.
Hoy todos están puestos en duda y comienza a oler a azufre.
Según la sexóloga Román, "la seducción y el cortejo están incorporados en el inconsciente colectivo, son situaciones más bien gestuales, como una mirada. El problema es la palabra: acá es donde el varón tiene que reestructurase; las groserías y las frases con doble sentido pretendidamente graciosas son un ejemplo. En cuanto al llamado piropo, es casi siempre ofensivo; es algo que tiende a desaparecer".
Para Pilot, "el término 'galanteo' es machista; viene de 'galán', el hombre heterosexual que tiene que conquistar mujeres como si fueran un objeto sin voluntad. En el tema de la seducción, es crucial el consentimiento de ambas partes, hay que tener en claro que no es no".
En referencia al piropo, antiguamente aceptado como un halago dice que no lo es: "al decirle un piropo a una persona, sin que ella lo quiera, se incurre en violencia, no hay consentimiento. Que un piropo suene 'agradable' no debe ser argumento para tolerar esta vulneración de derechos".
El temor a las “denuncias”
Por estos días circuló por las redes una apócrifa declaración jurada en formato de meme en la que una mujer debe dar el consentimiento por escrito en el que "accede" a tener relaciones con su pareja y que no lo va a denunciar por ello. Con eso se intenta instalar un relato que se usa a modo de defensa: "A las chicas hoy no las podés mirar porque te denuncian".
Cinco especialistas consultados descreen de esa tipología. "Quienes ven la parte negativa a las denuncias y escraches dicen 'ahora un hombre no sabe cómo acercarse a una mujer por temor a que lo denuncie' o 'las chicas se enojan porque los hombres no se acercan por miedo a que ellas los denuncien'. En ambos casos, como se ve, la culpa es de las mujeres. Es de un simplismo brutal que esconde el miedo al empoderamiento femenino", redondea la psicóloga Legay.
Mónica Fernández Poblet, Fiscal de instrucción de la unidad fiscal de violencia de género, asegura que en su caso, "solo una vez tuve un hecho de una mujer que mintió acerca de un golpe de su pareja. En la mayoría de los casos las denuncias de abusos son verdaderas, y en un 100% han sido condenadas, al menos en mi fiscalía".
La letrada hace hincapié en el trato procesal que recibe una mujer a la hora de hacer una presentación judicial por género. "El mito de la falsa denuncia es claro. El delito que cuenta con más denuncias falsas es el robo de cubiertas. Normalmente los varones lo denuncian. Allí le toman declaración y se va. Una mujer dice en sede judicial que es víctima de violencia de género y le toman la denuncia pero la someten a pericias psicológicas para saber si miente; algo que no sucede con quien dice que le robaron las ruedas".
Otra situación que huele a mito es la supuesta postura de "mujeres no feministas" que se quejan de que los hombres no se les acercan por miedo a ser denunciado. Los especialistas consultados para este artículo aseguraron no tener entre sus pacientes a alguna chica que haya manifestado eso.
¿Qué harán ahora los hombres?
Si lo aprendido durante siglos parece que languidece hacia otro paradigma, la pregunta es ¿qué harán las personas que, conscientes o no, viven en esa realidad que comienza a desaparecer?
En su condición de hombre y sociólogo, Ozollo dice: "Los hombres estamos frente a una oportunidad única que nos ofrece el feminismo, romper con la vieja masculinidad que entiende a la mujer como un objeto y es incapaz de salirse del camino marcado por su identidad de género; para ir hacia una nueva masculinidad que implique una lucha constante y sin tregua contra el patriarcalismo".
Para Pilot, hay que ponerse a estudiar: "El machismo no afecta sólo a las mujeres. A los hombres también, cuando se le impone no llorar, no demostrar sentimientos, ser sostén económico, cuando se lo discrimina por ser homosexual. Todas las personas tenemos que deconstruirnos dejando de lado mitos y prejuicios. No es lo mismo ser hombre que ser macho. Hay que favorecer un intercambio de poderes, y esto está ligado a la educación sexual integral con perspectiva de género".
Ante el colectivo feminista y sus reivindicaciones, todo parece indicar que quienes no pueden adaptarse, se aferran a "tablas" en el naufragio que parece vivir el "patriarcado".
Esas tablas están formadas por frases como "son feminazis", "están locas", "no se les puede decir nada". Como en todo naufragio, algunos serán rescatados, otros se salvarán por propios medios y otros morirán ahogados.
Vida diaria
"Micromachismos"cotidianos
Cuando dice que "ayuda con las tareas del hogar", asumiendo que eso es trabajo de la mujer.
Cuando cambia los pañales o le da la mamadera a su hija/o, y dice que "ayuda a cuidar las/os niñas/os" Al preguntarle a una mujer cuándo se va a casar y tener hijos.
Cuando paga siempre las cenas con mujeres dando por supuesto que es lo que se espera de él.
Cuando dice que una mujer es "poco femenina".
Cuando insinúa que algunas se visten en forma "provocativa".
Cuando acepta que en la televisión se cosifique el cuerpo de la mujer.
Si sos víctima o conocés a alguien que sufra violencia de género llamá al 144 las 24 horas.