Cuando Dunga fue despedido en 2016, Brasil ocupó el sexto lugar en la clasificación de la CONMEBOL para la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018, fuera de los puestos de calificación directa.
Para empeorar las cosas, también sufrieron dos campañas decepcionantes en la Copa América, todo mientras seguían lamiéndose las heridas de su derrota en semifinales ante Alemania en Brasil 2014.
Las cosas han cambiado desde entonces, sin embargo, y a juzgar por los resultados y las actuaciones del equipo, parece que toda esa turbulencia es una cosa del pasado.
Confundiendo sus propias expectativas, el reemplazo de Dunga, Tite, no perdió tiempo. Como revelamos, sin embargo, el entrenador no ha tenido que hacer magia para hacer a la Seleção serios contendientes una vez más. Aquí hay cinco razones por las cuales:
1- Una relación honesta.
Los jugadores de Brasil siempre han elogiado a Tite por sus habilidades de comunicación y su lenguaje llano. Su autoridad se basa en el diálogo y un sentido de equidad. Nadie está por encima de nadie en el escuadrón de Tite y nadie es inmune a las críticas.
2- Una puerta abierta.
El entrenador y su considerable personal de apoyo han estado viajando mucho desde que asumieron sus puestos, realizando varios viajes a Europa para ver las sesiones de entrenamiento y los partidos, y lo más importante de todo, hablar con los jugadores.
También ha habido innumerables chats en línea. Incluso desde su base de Río, Tite siempre ha estado disponible para sus cargos. Gracias al diálogo que fluyó entre ellos, los jugadores han podido decirle en qué posiciones se sienten más cómodos.
3- Una unidad bien engrasada.
Hablar es una cosa; haciéndolo otro, especialmente cuando el tiempo es corto y una crisis potencial acecha en cada esquina. Practicando lo que predicó, Tite convirtió la Seleção en un equipo y restauró su posición.
Es un equipo que, comprensiblemente, también ha recurrido a la capacidad de sus jugadores estrella. Hay mucho más en esta unidad que el estilo individual, sin embargo, como se demostró en el registro de las respectivas derrotas por 3-0 y 1-0 de Rusia y Alemania sin los servicios de Neymar.
Cuando la pelota no está en su poder, Brasil presionó duramente a la oposición, y los delanteros jugaron un papel activo en ese sentido, y cada vez que la situación lo exige, defienden obstinadamente.
4- Decisiones correctas.
En su primer partido a cargo, frente a Ecuador en Quito, Tite hizo debutar a a Gabriel Jesus, de 19 años. El adolescente anotó dos veces para el 3- 0 que provocó el renacimiento brasileño. Tite también asignó a Casemiro a un papel en el centro del campo, uno que ha realizado desde entonces.
Además de darle una oportunidad a los jóvenes, el entrenador recordó algunos nombres conocidos, entre ellos Marcelo y Thiago Silva.
5- Una base sólida.
Cuando anunció su lista final para Rusia 2018, Tite mostró que estaba un paso por delante de los reporteros al afirmar que no había nadie que se hubiera elegido a sí mismo.
Dicho esto, el entrenador se ha quedado con el núcleo de jugadores que eligió al comienzo de su reinado, una política que tenía mucho sentido dado que solo tenía un par de años para preparar el Mundial.