Este mito urbano fue transformado en verdad comprobada por diversos grupos de científicos en Alemania y Estados Unidos. Los experimentos llevados a cabo en el país europeo se realizaron con un grupo de más de 700 personas en la Universidad Libre de Berlín y los investigadores anunciaron que la mayoría de las personas que escucha música triste cuando se sienten tristes experimentaban sensaciones de identificación, calma (el 57.5% dijo que sentía esta emoción al escuchar música triste), contención o nostalgia.
Por su parte el Profesor David Huron, de la Universidad de Ohio en EEUU, sus investigaciones sobre el tema dijo que las melodías tristes o melancólicas estimulan la liberación de la hormona Prolactina, muchas veces aliada en el combate contra la depresión.
Por otra parte, los científicos afirmaron que la música alegre es usada durante fiestas o momentos descontracturados pero que a la hora de sobrellevar tiempos difíciles no es una gran aliada.