Nahir Galarza, la joven condenada a prisión perpetua por asesinato, y Yanina Lescano, la joven imputada por matar a su hijastra, encendieron un escándalo en el penal N°6 de Paraná luego de fotografiarse y subir contenido en Facebook. Pero su fluido vínculo va más allá del encierro y la virtualidad de las redes: comparten rituales y hábitos que las reclusas odian.
Lescano, de 28 años, está detenida por ultimar a Nahiara Cristo, de apenas 2 años. Su pareja y padre de la niña, Miguel Cristo, también está acusada. En febrero pasado, la pequeña llegó al hospital San Roque de Paraná con golpes, quemaduras de cigarrillo en todo el cuerpo y estaba en estado de desnutrición. Por semejante crimen, los padres arriesgan cadena perpetua.
"Se habla de rituales extraños. La nena fue víctima del odio. El muchacho, Cristo, era de la comunidad gitana", contó a Infobae el abogado de la abuela materna de Nahiara, Eduardo Gerard.
Si bien Yanina acusa a su pareja de amenazarla y golpearla, el padre de Cristo acusó a ella. Dijo que desde que su hijo la conoció se convirtió en otro, como si estuviera poseído.
"Ella hacía brujerías, macumbas y ritos con San la Muerte. Le hizo daño a él, le puso eso en la cabeza. Miguel no está en sí. Lo que hizo es imperdonable. Pero ella un día puso en Facebook que iba a morir una criatura y nacer otra. El día que muere mi nieta, nació mi otra nieta. Fue automáticamente. Como un hechizo negro. Si sabía lo que estaba pasando, entraba con un tanque a rescatar a la nena", detalló el hombre.
Estos rituales continuaron en la cárcel, más precisamente dentro del pabellón que Lescano comparte con Galarza. Es que las dos sufrieron violencia de género y se sienten identificadas, por lo que Nahir no cree que ella lastimó a la niña.
Ambas jóvenes comparten, además, la afición por las cuestiones esotéricas. La creencia en vidas pasadas, los sueños telepáticos y las causalidades. A las dos les gusta la astrología. "De ahí que Nahir la llame hermana de otra vida", dijo un allegado a la joven.
Pero esta amistad es cuestionada por otras internas. Es el caso de Griselda Bordeira, la ex funcionaria narco que se peleó con Galarza y también la acusó de echarle lavandina en el agua.
"No tenemos teléfonos y estamos molestas por la exposición de Galarza, porque muestran la peor parte del penal, sin notar gran esfuerzo de superación que hace la mayoría de las internas. No todas tenemos teléfonos en el pabellón, no todas transgredimos las reglas, y ella es la excepción a la regla", precisó en El Once.
"Durante las visitas de la familia, ingresan los celulares en sus partes íntimas. A los celulares los pasan dentro de sus vaginas", apuntó la presa.