Las atajadas de Miguel Ángel Rugilo, 'el Léon de Wembley'

El arquero de Vélez jugó cuatro partidos en la Selección pero le bastó con uno para convertirse en un ídolo internacional.

Las atajadas de Miguel Ángel Rugilo, 'el Léon de Wembley'
Las atajadas de Miguel Ángel Rugilo, 'el Léon de Wembley'

El mítico arquero de Vélez, Miguel Ángel Rugilo, solo jugó cuatro partidos en la Selección, pero le bastó apenas uno de ellos para inmortalizarse. Fue el 9 de mayo de 1951 en Londres, en un amistoso contra Inglaterra, cuando se convirtió en ídolo nacional con una actuación heroica.

Fue el 9 de mayo de 1951 en el mítico estadio de Wembley, en un amistoso contra la infalible Inglaterra. Allí atajó todo lo que se le cruzó y, a pesar de la derrota 2-1, dejó con la boca abierta al público británico.

Argentina venía de un larguísimo aislamiento internacional (por el que no pisaba Europa desde 1934) ya que no fue parte del Mundial de 1950.

En el Fortín, ya era ídolo: en 1949, por ejemplo, atajó 5 penales en 5 partidos consecutivos. En 1950 detuvo dos penas máximas en un mismo encuentro contra River. Pero aquel partido lo elevó a lo máximo. Rugilo iba a viajar a Wembley como suplente de Gabriel Ogando, de Estudiantes, pero como el Pincha no aceptó ceder a su arquero, el arquero de Vélez quedó como titular.

Antes de los veinte minutos del primer tiempo, Labruna mató con el pecho un rechazo de Rugilo, se la pasó a Loustau y este metió un certero centro que aprovechó Boyé, apodado El Atómico. 1-0 y todos atrás. Ahí nace la leyenda del León de Wembley.

"Apenas empezó el partido realicé una buena atajada", contó el propio Rugilo en una nota realizada por El Gráfico en 1972.

Y agregó: "Eso me dio confianza, me agrandé. Ellos sacaron, avanzaron, nunca me olvido, le cortaron la pelota al insider derecho y el tipo me pateó como venía. Fue un tiro fuerte, arriba, en un ángulo. Por suerte pude descolgarla. Después vino el gol de Mario Boyé. Ellos seguían jugando al mismo ritmo, infernal, con que empezaron y con el que después terminaron".

"Atajó Rugilo, una vez más Rugilo", "Otra vez Rugilo, otra vez Rugilo", reiteraba Luis Elías Sojit, el relator argentino en Inglaterra. "Heroico el arquero. Argentina mantiene la diferencia y el caballero Rugilo es un león en Wembley". Y el apoyo le quedó, como anillo al dedo.

Finalmente, Inglaterra venció 2-1 (uno, en off side) en los 8 minutos finales. Pero Rugilo ya había grabado su figura en la memoria de los ingleses.

"Como no sé inglés no entendía nada. El que me avivó fue Chichilo Sola, masajista de Vélez y de la Selección que me paró diciéndome: 'Saludá, saludá, que esa ovación es para vos'. Creí que se venía abajo Wembley. Después cuando llegué al vestuario me puse a llorar", confió en la nota.

El cierre de la gira fue en Dublín, contra Irlanda y con la victoria por 1-0 y con un golazo de Labruna. Pero fue también el último partido de Rugilo en la Selección.

En 1953 Rugilo pasó a Tigre, tras una lesión. Después de dos años pasó por O'Higgins de Chile y se retiró en Palmeiras en 1957. Alejado del fútbol, puso una fábrica de sándwiches y falleció de un paro cardíaco en 1993, a los 74 años.

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