En un contexto de recesión económica, las aplicaciones de reparto se están convirtiendo en grandes aliadas para los comerciantes. Los empresarios no logran salir de la crisis, pero encuentran una nueva forma de comunicarse con sus clientes y acercarles descuentos y promociones a través de los diferentes dispositivos móviles, con la intención de aumentar sus ventas.
Las aplicaciones para pedir comida se instalaron hace ya algunos años en Mendoza, empezando por "Pedidos Ya", que tiene más de 300 ofertas gastronómicas solo en el centro mendocino y alrededores y más de 70 en Villa Nueva. Luego, a mediados de 2018 se sumaron "Uber Eats", con más de 50 comercios adheridos y "Glovo!", con 95 opciones en su página web.
No obstante, estos servicios de mensajería no se limitan a la gastronomía. Tal es así que Glovo! se presenta como una plataforma con "mensajeros independientes" que pueden "resolver gestiones de modo rápido y eficaz", por lo que pueden ser enviados a comprar, retirar pedidos o enviarlos. Igualmente estas aplicaciones no están libres de costos ni para el comerciante (se llevan un porcentaje sobre la venta) ni para los clientes (un pedido a una farmacia puede incluir un importe extra cercano a los $ 45), y aunque parecen haber llegado para quedarse, tienen tanto pros como contras.
Soluciones a comerciantes
Los comerciantes coinciden a la hora de apreciar la llegada de las aplicaciones: las ventas no han aumentado significativamente, pero en el contexto actual, son de mucha utilidad. De acuerdo con Fernando Barbera, presidente de la Asociación que reúne a los empresarios gastronómicos (Aehga), el cubierto ha caído en un 20% promedio en Mendoza. Las ventas realizadas a través de aplicaciones móviles son responsables de mitigar esa caída.
"El que más nos tracciona ventas es Pedidos Ya, porque lleva mucho tiempo en la provincia, pero estamos trabajando también con Uber y brindan un muy buen servicio, más en el invierno, cuando la gente prefiere no salir de sus casas", contó Samir Massud de Arabian Food. El empresario comentó que descartaron la opción de tener su propio servicio de delivery y confían en las aplicaciones. Del total de sus ventas, el 35% se entrega a domicilio.
No obstante, no se encuentran ajenos a la caída generalizada de las ventas. Arabian trabaja bajo el formato Food Trucks (además de contar con su propio local comercial) y de acuerdo con Samir, cuando arrancaron hace cinco años con los eventos masivos las ventas eran muy buenas, pero hace dos años comenzaron a caer, registrando bajas en facturación de al menos un 30% en relación a años anteriores.
"Nosotros trabajamos con mucha carne de primera. Los costos aumentan y no los podemos trasladar completamente al consumidor, porque el poder adquisitivo de los salarios no aumenta en la misma proporción", explicó.
Igualmente, destacó que cuando utilizan la aplicación para hacer descuentos y promociones especiales, aumentan considerablemente las ventas, y aunque esto no se ve reflejado en el margen de ganancias, "las aplicaciones ayudan a mantener una base", cerró Samir.
Los meses más fríos conforman la temporada baja de la mayor parte del sector gastronómico y las ventas caen con respecto al verano, algo que se profundiza en el rubro de las heladerías, pero la opción de que el helado llegue directamente a la casa del cliente morigera el impacto. Esto último destacaron desde una de las heladerías más tradicionales del centro mendocino. "Es un canal de ventas que antes no teníamos, y al inicio las plataformas hicieron promociones con descuentos de hasta el 50% que absorbieron ellos mismos. Resignaron rentabilidad, pero ganaron clientes con mucha rapidez", comentó su propietaria.
Por su parte, Matías Cardoso, de Bute, comentó que hace muy poco que se asociaron a Pedidos Ya como una opción para "generar ventas en un tiempo ocioso" ya que la aplicación les permite aceptar pedidos en los momentos en los que ven que el local no está lleno de gente y desactivar la opción en caso contrario. "Nunca tuvimos delivery, pero nos pareció un concepto interesante para mantener la actividad", comentó el empresario gastronómico.
Esta última opción también implica una reducción de costos importante para los comerciantes, ya que venden a domicilio pero ya no tienen personal a cargo de esa tarea. "Llegamos a tener tres o cuatro personas en moto retirando pedidos al mismo tiempo en hora pico, cuando cubrir ese espacio antes hubiera significado pagar dos o tres salarios por una hora de mucho trabajo y tener el resto del tiempo a la gente ociosa", comentaron desde la heladería.
No sólo participan los comercios adheridos
Una de las últimas aplicaciones de pedidos en desembarcar en Mendoza fue Glovo!, y llegó con un sistema diferente, ya que el cliente no se ve limitado a una lista de comercios adheridos, sino que tiene libertad de comprar en cualquier negocio. Es que la firma no solo transporta, sino que también hace la compra por el cliente.
En la página principal de la aplicación aparecen los diferentes rubros disponibles como "farmacia", "mercados", "recoger o enviar", "lo que sea" (siempre y cuando el tamaño del pedido no exceda el de las cajas que usan los repartidores: 40x40x30 y hasta 9 kg), "regalos y más", "comida" y "helados y snacks". El cliente tiene la opción de pagar con tarjeta de crédito o efectivo y puede escribir directamente lo que necesita que le compren.
“El pago tiene lugar a través de la aplicación o de la web y solo se concreta una vez realizado el servicio. El glover te pedirá que firmes la entrega y en ese momento procederemos a cobrarte por el servicio y la compra”, aclara en la web de la empresa.
Aspectos negativos del uso de tecnología
No todos son "pros" a la hora de pertenecer o no a una de estas apps de consumo. Como todo servicio, tienen costos asociados y, según contó una empresaria gastronómica, el porcentaje se calcula sobre el precio total del envío incluyendo el IVA, por lo que "pagan comisión sobre impuestos".
Por otro lado, los tiempos de actualización de los precios no coinciden con el contexto inflacionario en los que entre una semana y otra pueden haber variaciones y, en ocasiones, esos desfasaje les han significado pérdidas.
Aunque esto se destaca como algo positivo entre los empleadores, que tienen que asumir una alta carga laboral por cada empleado, en la contracara, las aplicaciones de envíos hicieron que muchos comerciantes prescindieran del servicio de deliverys, con la consecuente pérdida de puestos de trabajo, o bien traslado hacia el monotributo y "autogestión".