Acceder a un crédito para el sector productivo parecería ser cada vez más complicado. Y es que, según datos brindados por la fundación Ideal, entre febrero y marzo de este año todas las herramientas financieras, de corto y largo plazo en pesos, sufrieron un aumento en sus tasas de interés de 0,3 a 5,7 puntos porcentuales.
Ante tales incrementos porcentuales de las diversas líneas, las empresas mendocinas prácticamente se ven imposibilitadas de solicitar créditos para invertir o afrontar gastos como la cosecha. Según destacan las cámaras empresarias, las entidades bancarias privadas y estatales están cada vez más lejos del sector productivo, principalmente de las pymes de la provincia.
Según explicó el economista Pablo Salvador, de la entidad que llevó adelante el informe, el aumento de las tasas se da luego de que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) continúe con su política de mantener elevadas las tasas de interés y retirar los pesos excedentes del mercado. Tanto es así que en la última licitación de Letras del Banco Central (Lebacs), el 29 de marzo, mantuvo el 38% anual para la letra en pesos a 35 días de plazo residual, por cuarta semana consecutiva.
En su afán por contener la inflación (y el dólar), este fenómeno tiene dos lecturas, adelantó Salvador. La primera es beneficiosa para el ahorrista, ya que las tasas de los plazos fijos también se incrementaron y rondan el 30% anual. Sin embargo, esta suba de tasas tiene su contracara. Y es que las distintas herramientas financieras con las que cuentan las empresas a la hora de evaluar la posibilidad de tomar un crédito para realizar una inversión o cubrir descalces transitorios en sus flujos de caja aumentaron fuertemente en el último mes (marzo).
El informe toma cinco líneas. Entre ellas, las tasas de largo plazo fueron las que más subieron: 5,7 puntos porcentuales entre febrero y marzo de este año, situándose la Tasa Nominal Anual (TNA) promedio en 21%. Cabe destacar que el promedio se toma en base a bancos privados y estatales.
Salvador sentencia que esta línea es demandada para la adquisición principalmente de maquinaria o inversión de una empresa para tecnificación.
El objetivo -según menciona- es que el interesado pueda devolver el dinero cuando se recupera la inversión. En este caso, explica también que depende de la línea y del banco, pero los montos y tasas más recomendables son a los que se accede por medio de entidades públicas. “Es que, según la línea, se puede pedir, por ejemplo, hasta 300 mil pesos y se devuelve en 4 años, a una tasa del 16%”, sostuvo.
Luego de esa línea, el leasing (que mediante el pago de un canon posibilita a la empresa la incorporación y el uso de bienes de capital) es la segunda modalidad que presentó un incremento mayor en las tasas de interés. En este caso, remarcan en el informe, subió entre febrero y marzo casi 4 puntos porcentuales y fue la herramienta financiera de mediano plazo que más aumentó y su TNA promedio se ubicó en torno al 41%.
Luego, la tasa de los préstamos amortizables a 12 meses subió 2,8 puntos porcentuales, ubicándose la TNA promedio en 36,7%. Las tasas promedio de los acuerdos en cuenta corriente (posibilidad de girar en descubierto hasta el límite asignado) aumentaron 2 puntos porcentuales y se situaron en torno al 50%.
Finalmente, las tasas de los descuentos o compras de cheques de plazo diferido (herramienta bancaria que permite convertir en efectivo los cheques de pago diferido y los del día, sin esperar los plazos normales del clearing), subieron 0,3 puntos porcentuales, situándose la TNA promedio en 35,8% (siendo el instrumento financiero que menos aumentó).
La única tasa de financiamiento que cae, contó el economista de Ideal, es la de dólares de prefinanciación de exportaciones, la cual bajó en el período analizado 1,4 puntos porcentuales y en el de financiación de importaciones -2,4 puntos porcentuales.
En síntesis, si bien las elevadas tasas de interés benefician a los ahorristas, brindándoles alternativas que les permiten cubrirse contra la inflación, esto a su vez perjudica al sector productivo.
En el caso de Mendoza, el sector productivo ya se vio perjudicado el año pasado, en parte debido al importante incremento de créditos otorgados a la Administración Pública, que desplazó tanto al sector productivo como a las personas físicas. Esto sumado a las elevadas tasas que mantiene el BCRA y que transfieren las entidades bancarias a todas sus líneas de crédito no hace más que encarecer las distintas alternativas con las que cuenta el empresariado para poder financiarse, perjudicando aún más a un ya alicaído sector productivo.
Sectores preocupados
La ausencia de créditos a tasas "razonables" y acordes a las empresas mendocinas, es la situación planteada por empresarios de diferentes sectores de la provincia. Además, suman a este obstáculo que la falta de rentabilidad de las empresas es la principal causa por la cual no toman líneas para financiarse.
Según Daniel Ariosto, presidente de la UCIM, las pymes son las principales perjudicadas en este juego, de altas tasas. Según analiza, cada vez son menos las empresas que pueden acceder a un crédito. Bajo este análisis es que Ariosto reclamó que el Gobierno debería analizar y frenar los incrementos de tasas para el sector pyme y productivo, ya que “damos cuenta de que hoy las empresas no se animan a tomar ninguna línea debido a que la deuda será muy difícil de cubrir”.
Además de las tasas, Marcelo Marra, presidente de la Cámara Empresaria de Comercio, Industria, Turismo y Servicios de Mendoza (Cecitys) apuntaló que los bancos están siendo demasiados rígidos, sobre todo con el pequeño comerciante, que no siempre necesita un crédito para capital productivo, sino que “muchas veces necesita adelantos, o cambiar cheques, y con el sistema bancario -ante las tasas y rigidez- no puede llegar a acceder”.
Frente a esto es que algunos empresarios indican que las pymes terminan recurriendo a cambiar cheques o créditos en cuevas, “donde los intereses son mucho más altos, pero no tienen otra alternativa”.
José Manuel Ortega, propietario de la bodega O. Fournier, sentenció que “hoy la mejor inversión que hay en Argentina es repagar deuda bancaria, ya que no hay negocio que dé una rentabilidad del 45% anual como pretenden las tasas de los créditos bancarios”.
Por esto, según estimó el empresario, hoy casi no hay inversiones. “Los proyectos que van con financiación directamente no se hacen y cuando cualquier empresa tiene cash flow paga deuda en vez de invertir”, remarcó.
Coincidió el gerente de Bodegas de Argentina, Juan Carlos Pina, quien indicó que las empresas no toman líneas de financiación para inversión, no por un tema de tasas sino por la dificultad y el temor de tomar un crédito ante la inestabilidad económica y los incrementos de costos. Según explicó el directivo, las compañías no pueden asegurarse ni una rentabilidad del 15% que le asegure devolver el monto pedido a la entidad bancaria.
De igual modo, Mario Bustos Carra, gerente general de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, aseveró que hoy la inflación atenta contra cualquier plan de desarrollo, al plazo que sea. Consideró -al igual que sus colegas- que la prudencia y la cautela son las que predominan a la hora de decidir endeudarse o no.
Es que, indica, a la hora de recabar apoyo crediticio el empresario acude a líneas estrictamente necesarias y cuando no tiene otro camino, como puede ser fondearse con cheques o pedir adelantos. Lejos -remarcó Carra- quedaron los créditos para invertir.
“Hoy por hoy -concluyó- es aconsejable para las empresas que cubran sus baches financieros con préstamos a corto plazo, tratando de adaptar sus ventas a los mismos. Los exportadores pueden recurrir a las rehabilitadas líneas de financiación de exportaciones, con tasas más bajas, en dólares; al ser ésta la moneda con la cual reciben sus pagos, les da un margen de seguridad para el cumplimiento de las obligaciones”.
Un mercado muy dispar
Un punto en que hicieron hincapié en el informe es la heterogeneidad de tasas que existe entre las distintas entidades del Gran Mendoza, por supuesto comparando una misma herramienta financiera.
Así, por ejemplo, en la “city” de Mendoza hay entidades que ofrecen una TNA promedio de 40% en el caso de los acuerdos en cuenta corriente, mientras que otras entidades ofrecen esta misma herramienta a una TNA promedio de 59% (es decir, una diferencia de 19 puntos porcentuales entre el promedio de las tasas mínimas y máximas)