Con goles de Adriana Gutiérrez, Salomé Rodríguez y Luciana Agudo la Selección argentina femenina de hockey sobre patines ganó su quinta Copa del Mundo.
En la final del torneo, que se celebró en en el estadio de Tourcoing, venció a las anfitrionas de Francia y recuperó la gloria que había alcanzado por última vez en Alcobendas (España) 2010.
El elenco, dirigido por el “Negro” Jorge Otiñano, se hizo fuertes en las marcas y neutralizó las chances de contragolpe propuestas por las delanteras europeas. Teniendo como premisa el ataque, quebró el rombo defensivo local y desde los minutos iniciales llevó peligro al arco defendido por la Flora Michoud.
Antes de los 10”, Adriana Gutiérrez (que jugó su último partido vistiendo la casaca del seleccionado) y Luciana Agudo, con un remate que contuvo Michoud, habían marcado el camino ofensivo para Las Águilas. A los 7’59”, partiendo desde la baranda, Gutiérrez enfrentó la portería rival y colando la bocha por el ángulo izquierdo abrió el marcador.
El primer tiempo se marchó con la ventaja mínima, la misma que al reanudarse el tiempo reglamentario exigiría a las defensoras de la Corona de Brasil (2012) a buscar el empate. Con el juego, un poco más abierto las albicelestes acentuaron su rol de dominadoras.
Impartiendo presión, en la salida de las francesas, en un contragolpe corto, al 1’03”, Salomé Rodríguez estiraba la brecha en el marcador (2-0) e ilusionaba aún más -a las dirigidas por Otiñano- con el objetivo deseado. Los nervios, se transformaron en calma y esta en una emoción profunda.
Algunas lágrimas que, de felicidad, de emoción, brotaban de los ojos de nuestras jugadoras al ritmo de la cuenta regresiva del reloj.
El partido aún no estaba terminado y a los 15’19”, como un regalo para los espectadores, la mejor jugadora del mundo, Luciana Agudo, derrochaba un pincelazo de talento para sentenciar el pleito.
Argentina era gigante en la pista de Tourcoing. En una entrevista concedida a Más Deportes, previo al viaje mundialista, el técnico Jorge Otiñano había subrayado: “Busco un equipo que este convencido en en el valor del sacrificio y el talento; en que siempre se puede más”.
Argentina marcó 34 goles en el torneo y sólo recibió uno. En su camino venció a España (7-1), Japón (9-0), Sudáfrica (8-0), Italia (4-0), y Alemania (3-0). Las Águilas lograron su quinto título y su vuelta olímpica abrazó la gloria de Buenos Aires (1998), Portugal (2002), Alemania (2004) y España (2010).