No es una novedad que este mundo en el que vivimos, y especialmente si estás destinada a ser una estrella del cine más glamoroso, le pide a las mujeres esfuerzos absurdos y crueles para "no envejecer jamás". Dicen que incluso las arrugas son un pasaporte al olvido en esa industria.
Aquí te mostramos a cinco tremendas actrices -que tiene perfiles artísticos muy diferentes- que le dijeron "no" a ese sistema perverso de selección y creación de parámetros físicos dañiños para los modelos sociales y, aún así, se lucen en producciones y películas cada vez más importantes y de alta calidad. Aplausos para ellas y una lección: adaptarse no es siempre la llave del éxito.
1. Annette Bening
Ella tiene 60 años y no ha permitido que un solo bisturí roce siquiera la más mínima de sus arrugas. Las tiene, indisimulables, y las porta con un orgullo y una belleza que muchas "operadas" de la industria le deben envidar con ganas. Bening hace años está casada con Warren Beatty pero no ha basado su carrera en escandalitos mediáticos sino en solvencia actoral. De hecho, hablan por ella los últimos filmes que la tienen como protagonista.
Basta con mencionar la bellísima, sensible y humana película "Mujeres del siglo XX" -que se está pasando por el canal Max-. Con un elenco rutilante (entre los que se cuentan Elle Fanning y Greta Gerwig), Bening compone un personaje complejo y notable para una película que no solo llamó la atención de los grandes premios (Oscar, Bafta, Globos de Oro y más) sino que se nos ofrece como un opus rico, de momentos inolvidables y un pulso narrativo sólido, guiado por su director Mike Mills.
También es posible recordar cómo en "Conociendo a Julia" Bening (en esa época de 46 años) se adueñó de la pantalla con una sensualidad arrolladora para darle carne a esta comedia dramática sofisticada e irónica. Craneada por el gran István Szabó la película le valió nominaciones al Oscar, los Globos de Oro o del Círculo de Críticos de Nueva York como mejor actriz.
Ahora, con "Las estrellas de cine nunca mueren" (en cartelera en Village). Annette vuelve a mostrar que es una actriz de esas que poco abundan; pues le entrega a una película algo kitsch (dirigida por Paul McGuigan) la dignidad necesaria para no caer en el arcón de los filmes malnacidos.
2. Julia Roberts
Sí, sí: ella se ganó en la industria estadounidense el lugar de la chica de las comedias románticas con esa joya que con la que pudimos conocerla: "Mujer bonita". Pero con el paso del tiempo Julia Roberts (que va camino a sus 51 añitos y ha declarado públicamente que está en contra de las intervenciones quirúrgicas para detener el paso del tiempo) ha ido explorando las posibilidades del cine de género bien mainsteam para ofrecernos de sus mejores mieles.
De hecho, en el filme que estrenó el año pasado como protagonista: "Wonder" (Extraordinario: la historia de un nene de 10 años que nació con una deformidad facial y lucha por integrarse a la sociedad con su imagen) lo que es meritorio es que ella, junto al elenco, componen personajes para una historia que, aunque podría haber caído en la más ramplona sensiblería de Hollywood, mantiene un pulso sensible, honesto y sobrio.
En su cruce con quien la dirige para "El maestro del dinero", Jodie Foster (otra de las elegidas para este caprichoso listado), Julia Roberts entrega las buenas dotes de su inmenso oficio para esta película que se instala con corrección en el ámbito del thriller estadounidense.
Y, claro: podemos recordar memorables títulos que han hecho que amemos a Julia; como "Cuatro bodas y un funeral", "Un lugar llamado Notting Hill" y muchas más. Pero lo que nos interesa es mostrar cómo una actriz que arrancó en el más difícil de los lugares posibles en esta industria para una mujer -la comedia romántica- ha sabido sostener su carrera en el medio no con cirugías sino con voluntad de trabajo y buenas decisiones artísticas.
3. Cate Blanchett
Qué decir de esta australiana de 48 años que sorprende con cada película. Blanchett, a pesar de que también sabe cómo coquetear con la frivolidad de la fama -es el rostro de firmas multinacionales que marcan el pulso de la belleza contemporánea-, mantiene su línea rectora de concentrarse, por sobre todas las cosas, en la actuación. También se ha declarado públicamente en contra de estos tratamientos brutales de belleza a los que se someten la mayoría de sus colegas y, así y todo, mantiene su alto perfil.
Las películas magistrales que la tienen como protagonista se cuentan por montones: la extraordinaria "Carol" (2015) de Todd Haynes donde interpreta a una mujer atrapada en una sociedad puritana que se enamora de otra; "Blue Jasmine" de Woody Allen (2013) la última gran película del director que le debe a Blanchett casi absolutamente todo: su personaje es arrollador.
Pero también dan cuenta de su versatilidad interpretaciones como la que hizo para la versión de "La cenicienta" que hizo Kenneth Brannagh (2015), donde no puede haber peor madrastra; la hermosa y rarísima "Song to song" (2017) de Terrence Malick donde ella sabe cómo aportar carnadura a los devaneos filosóficos del director; o su participación en una de las mejores películas de Marvel, "Thor Ragnarok" (2017) dan cuenta del peso que tiene esta actriz y que no se mide, de ninguna manera, en arrugas o flaccideces.
4. Jodie Foster
Si no la has visto últimamente ante las cámaras es porque Jodie (55 años) se ha concentrado en la dirección. Considerada una de las actrices más inteligentes de su generación en Hollywood (hasta la tildaban de niña superdotada) Foster supo construir su carrera con potentes aportes al mainstream. Ni qué hablar de una de las cintas que le dio un vuelco al thriller en la alta industria: "El silencio de los inocentes" (1991) donde ella era una jovencita aún, pero no por eso menos talentosa.
Entre sus últimos protagónicos merecen especial atención "La habitación del pánico" (2002, David Fincher) donde Jodie vuelve a entregarnos -fue una de sus especialidades: el suspenso- a dos horas de agitada adrenalina. También supo hacer de damita enamoradiza (1999) en la remake de "El rey y yo" (1956), un filme que antes tuvo a Deborah Kerr y Yul Brynner como protagonistas. Lo interesante del caso es que tanto la película de origen como la remake en la que Foster ("Anna y el rey") se calzó el personaje de Kerr a cuestas, causaron revuelos en el Oscar al momento de su estreno.
En los últimos años se midió en "Elysium" (2013) de Neill Blomkamp, junto a Matt Damon; y se dio el lujo de protagonizar para uno de los maestros del cine europeo, Roman Polanski, en su súper premiada película "Un dios salvaje" (2011).
Ahora Jodie eligió estar detrás de las cámaras. Y no le ha ido nada mal: dirigió un episodio de la serie suceso "Black mirror" ("Arkangel") y la película "El maestro del dinero" (2016) donde comandó el barco que protagonizaron George Clooney y Julia Roberts. Esta película se presentó fuera de concurso en el Festival de Cannes de 2016.
5. Penélope Cruz
La carrera de esta española ha ido creciendo en calidad y peso a medida que ella avanza en edad: hoy tiene 44 años y, aunque con finas arruguitas que marcan el enriquecido paso del tiempo, su belleza y pregnancia en la pantalla no han disminuido un milímetro.
No nos vayamos a los inicios de Penélope en las películas de Pedro Almodóvar (empezó bien, ¿eh?) sino que hurguemos apenas en su presente de "cuarentona". Con la puritana de "Asesinato en el Expreso de Oriente" (otra versión de Brannagh de una película ya exitosa), "La reina de España" de Fernando Trueba o el episodio sobre el asesinato de Gianni Versace para la serie "American Story Crime" nos basta.
Penélope Cruz es de esas actrices europeas que ha sabido coquetear, y muy bien, con el mainstream más estadounidense y sumarse a proyectos que le darán muy buen lustre en los festivales internacionales de prestigio (como su reciente protagónico junto a su marido Javier Bardem y el argentino Ricardo Darín para la película del ilustre iraní Asghar Farhadi: "Todos lo saben", próxima a estrenarse este año). También es "rostro" de cosméticos que dicen cómo tienen que ser de lindas las mujeres del siglo XXI y, aunque lo ha prestado como modelo inaccesible, no ha permitido que lo alteren con inyecciones, hinchazones y tajitos incidiosos.