En la guardia del hospital Notti hubo ayer menos pacientes que de costumbre por la protesta que iniciaron ayer los gremios de la salud, ATE y Ampros, por lo que la atención se resintió en el gran nosocomio de Guaymallén. Algo similar ocurrió en el Hospital Central, al que concurren miles de pacientes diariamente.
Las mayores dificultades, en cuanto al Notti, se apreciaron durante las dos horas en que los trabajadores deliberaron. Para el hospital, la atención se brindó, dentro de los parámetros posibles, en el estratégico sector de Guardia, en Traumatología, Farmacia y otras áreas. Los pacientes internados también fueron atendidos normalmente y las urgencias se resolvieron.
De todos modos, al explorar los casos en particular fueron apareciendo situaciones que revelan que inexorablemente los que menos tienen terminan pagando los mayores costos.
En los pasillos o esperando los colectivos para retornar a sus hogares, los damnificados dieron sus testimonios. Una abuela, Rosa Herrera, esperaba recibir los resultados de un control en Endocrinología de su nietito, Nahin Cortez (2), que tiene problemas con la glándula tiroides.
"No me entregaron los análisis, y bueno... habrá que volver de nuevo... El reclamo del personal debe ser justo, pero yo qué puedo hacer. Tengo una hora de viaje (y otra de vuelta), ya que vivo en un barrio frente a la IV Brigada Aérea".
Una sección que trabajó, pero con muchas demoras, fue la Guardia. En ese punto del hospital, había muchos padres con sus hijos, esperando atención. Marta Zalazar, de Colonia Bombal (Maipú), repitió el argumento de otras mamás: "Entiendo lo que pasa, pero qué hago con Lautaro (4), que ha vomitado toda la noche y no sé que tiene. No es ?a la vuelta de la esquina' de donde vengo; estoy desde las 9.45 y todavía no me atienden" (eran las 12.25).
Otra madre, entre impaciente y angustiada, era Paulina Alvarado, del barrio Lihué (Guaymallén). Su hijo Ricardo (9) sangraba por la nariz y tenía dolor de cabeza, pero llevaba dos horas esperando ser atendida.
Alrededor de las 11 se inició una de las asambleas y los médicos, enfermeros y administrativos cortaron calle Bandera de los Andes, por lo que autos y especialmente micros y el trole (que llevan muchos pacientes al hospital). debieron buscar otros caminos.
Volver otro día
Daniela Cornejo (19) es otra de las mamás que deberá volver al Notti en otra fecha. Ayer, su beba de 5 meses tenía control de la vista, y no se pudo hacer.
Yanina Martínez (28) concurrió al Notti para hacer atender a Lautaro (7), con un corte en la boca: "La dentista lo vio, pero necesitaba, antes de atenderlo, un informe previo del cardiólogo porque el chico sufre mal de Kawasaki, y como no tuvimos esa información ahora debo volver el viernes".
Viviana Guzmán (30) también se fue sin atención. Su hijita sufre hidrocefalia. "No tengo trabajo y a veces no dispongo para el micro", se quejó la mujer.
Rubén Dávila (25), de San Carlos, se lamentó por no haber estado informado del paro. "Queríamos que los doctores vieran a nuestra nena de 2 años, por problemas de crecimiento y desarrollo. De haber sabido que no la iban a atender hubiéramos postergado el viaje. Nos sale muy caro el pasaje desde allá", confió el trabajador.
En cambio, Gustavo Lucero, de Las Heras, recibió contención y atención, ya que concurre periódicamente para hacer ver a su hijito, paciente oncológico. "Fuimos muy bien atendidos", sintetizó.
Igualmente confortados se retiraron del hospital los padres de Rebeca Ortiz (5), que nació con seis deditos en su mano derecha y fue operada. Ayer tenía curaciones y le retiraron el yeso, según confirmó su padre, Juan José Ortiz, vecino de Las Heras.
