Cada verano los cauces y diques de Mendoza son utilizados como piscinas de natación. Los bañistas desconoces los grandes peligros que se ocultan bajo esas aguas aparentemente tranquilas", advierten desde el Departamento General de Irrigación (DGI). Por eso, el organismo lanzó un spot para crear conciencia de los riesgos que tiene usar estos lugares para refrescarse.
Es que todos los años se repite la misma escena: grandes y chicos buscan en distintos puntos de la provincia lugares donde se acumula gran cantidad de agua en canales y zanjones para poder nadar. La situación se multiplica cuando las altas temperaturas no dan tregua, de ahí que las estadísticas de accidentes y muertes por "chapotear" en lugares prohibidos aumentan durante el verano. A esto se suman además los daños que los bañistas ocasionan en la estructura de la red hídrica y que implica hacer gastos extras para repararlos.
“Los diques y canales pueden ser trampas mortales”, explican en el spot, mientras la imagen muestra los diferentes objetos que quedan atrapados en el fondo de estos lugares (producto de la falta de conciencia ambiental) y que conviven junto con algas e insectos peligrosos.
De ahí que desde Irrigación hagan hincapié en la necesidad de que la gente "no arriesgue su vida" solo por bañarse en lugares que no están autorizados.
Medidas de Irrigación para que la población tenga en cuenta:
-Cerca de las compuertas de los denominados diques derivadores, a simple vista se ve agua embalsada. Lo que no se puede apreciar es la velocidad que adquiere el agua que pasa atravesando pequeñas aberturas que deja la compuerta, generando una succión mortal para cualquier persona que quede atrapada en la infraestructura. En tanto que el fondo de los canales de riego muchas veces tiene materiales que son muy peligrosos: troncos de árboles, piedras de gran tamaño, rocas, entre otras cosas.
-En los embalses no se debe ingresar fuera de las zonas valladas ya que las profundidades varían abruptamente, al igual que la temperatura del agua, lo que trae aparejado riesgo de inmersión.
-Es importante y vital respetar todas las señales de seguridad y de advertencia y mantener vigilados a los menores.
-En caso de emergencia llamar al 911.
Daños a la red hídrica
DGI informó sobre “las importantes sumas de dinero que tuvo que desembolsar durante 2014 para reparar las roturas en las estructuras de los cauces, a partir de los taponamientos que impiden el curso normal del agua y que ocasionan no sólo roturas en las paredes de los cauces sino también desbordamientos e inundaciones de calles aledañas a los canales”.
En enero del año pasado, bañistas arrancaron cerca de 60 metros de una reja que se encontraba en una de las laterales del canal Pavez, en San Rafael, y la utilizaron para obstruir la normal circulación del recurso.
La acción fue controlada por personal del DGI que extrajo el objeto para evitar así la pérdida de la dotación de agua para los regantes de la zona. Como consecuencia de este hecho, la Policía detuvo a dos individuos.
En tanto que desde la Subdelegación de Diamante revelaron los costos que asumieron la temporada pasada al tener que utilizar más de 90 camionetas para transportar los elementos que la gente tiró a los cauces para detener la normal circulación del agua para poder bañarse: pallets, maderas, chapas metálicas, laminados, rejas, ventanas, puertas, múltiple variedad de plásticos, mampostería y hasta ramas de árboles.
“El hecho de no acatar las normas que indican que está prohibido bañarse en los cauces de riego por el peligro que implica, lleva a que Irrigación de manera conjunta con otros organismos como Inspecciones de Cauce, municipios, Policía de Mendoza y otros entidades de Gobierno deban programar una gran ingeniería para evitar tragedias e inconvenientes con el agua”, indicaron desde el DGI.
De ahí que el DGI a través de las subdelegaciones hace controles períodicos en los distintos cauces de la red hídrica para evitar pérdidas humanas y garantizar que el agua de riego se utilice “sólo para riego” y se eviten pérdidas de la producción.
Las iniciativas y campañas apuestan a generar conciencia sobre el gran peligro de bañarse en sitios no habilitados para eso.