Un hombre caminaba esta mañana por Avenida Vicente Zapata y al llegar al cruce con San Martín se encontró con algo que en una templada jornada de trámites nunca esperó ver: una
langosta gigante
.
Advertido por un trabajador de Servicios Públicos de la Municipalidad de Capital, que estaba barriendo la vereda, fue a ver el extraño insecto que le señalaba.
El hombre, residente en Godoy Cruz pero que quiso reservar su nombre, indicó a
Los Andes
que fue y la agarró con la mano. Sólo en ese momento se dio cuenta que era una langosta.
Un mozo de un café cercano le acercó un frasco de dulce en desuso y allí metieron a la langosta, cuyo nombre científico es Tropidacris collaris o "tucura quebrachera”.
Si bien no es la primera vez que se encuentra un espécimen de tucura quebrachera en Mendoza, su hallazgo siempre causa sorpresa, ya que en este caso el “bichito” medía 10 centímetros.
Desde la dirección de
Zoonosis
que depende del Ministerio de Salud indicaron que este tipo de langostas suele estar en la copa de los árboles y que no trae aparejado ningún tipo de problema para los seres humanos.
En tanto, desde el Iadiza (
Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas
) informaron que no es tan extraño ver estas langostas en la provincia, descartando algún tipo de plaga.
Una nota publicada en la Revista de la Sociedad Entomológica Argentina indica que la tropidacris collaris “es un insecto muy grande cuyos ejemplares adultos machos figuran entre los de mayor tamaño (73-101 mm). En nuestro país tiene una amplia distribución geográfica y suele ser abundante en zonas localizadas del Norte”.
Si bien el avistamiento por el vecino de Godoy Cruz parece extraordinario,
hace poco más de un mes sucedió un hallazgo similar, pero en General Alvear
.
En esa ocasión, el ejemplar fue descubierto por un vecino en el parral de su casa; el hombre la encerró en un frasco y la entregó al Museo de Historia Natural “Salvador Calafat”.
La encargada del museo, Ana Laura Poli, afirmó en ese momento que este tipo de langostas
“tiene un ciclo de vida de 240 días”. En este caso, la langosta alcanzaba los 15 centímetros.
Otro caso en Godoy Cruz
Luego de conocerse el "hallazgo" en pleno centro, un empleado de una heladería de Godoy Cruz informó a este diario que también había encontrado un ejemplar.
"Estaba en la vereda del negocio, en una esquinita de la puerta, y la vimos cuando entró uno de los chicos del reparto", comentó a Los Andes Leonardo López (34), quien trabaja en un tradicional negocio de San Martín y Leguizamón.
López, quien estudió zoología durante su paso por la facultad de Agronomía, rescató la langosta y la llevó a su casa, donde la hidrató y la subió a una enredadera para que se alimentara.
El insecto estaba herido pero "de a poco va recuperándose", dijo el trabajador, quien dijo no saber si soltar aún el ejemplar por miedo a que sea una amenaza para las cosechas.
"Si es una plaga y atenta contra los cultivos no voy a soltarla... pero si hay que sacrificarla tampoco voy a hacerlo yo", dijo el defensor de la naturaleza.