París está en shock y toda Francia se siente hundida. Europa entera llora unida por el terrible golpe recibido hace pocas horas. Los medios de comunicación emiten sin descanso desde el viernes por la noche cualquier cosa relacionada con los atentados. La población de todo el Viejo Continente no habla de otra cosa y las reacciones de apoyo al pueblo francés inundan las redes sociales.
“Pray for Paris” dicen, y repiten, y retwittean. Pero todos sabemos que esto no se va a solucionar rezando. Aunque sí que deberíamos dar gracias, sea al dios que sea, porque las víctimas no hayan sido todavía más. La idea de los terroristas en el estadio Saint Denis era hacer detonar explosivos en el entretiempo, desde dentro del estadio, mezclados entre el público. Por suerte, no lograron acceder al recinto.
Francia y Alemania jugaban su amistoso cuando empezaron los atentados. En el minuto 13 se pudo escuchar claramente desde dentro la primera explosión. Nadie reaccionó. Tres minutos después retumbaba la segunda, y en pocos instantes el presidente Francois Hollande abandonaba la tribuna para ser escoltado hasta un helicóptero. París entera estaba siendo atacada y las autoridades no informaron de nada en el interior del estadio para que no cundiera el pánico.
Decenas de inocentes perdían la vida en los alrededores del estadio mientras el público empezaba a conocer el terror a través de sus terminales móviles. Cuando acabó el partido, el público salto al césped buscando seguridad lejos de las gradas. El jugador del Atlético de Madrid, Antoine Griezmann, lloraba sobre el pasto porque sabía que su hermana estaba en el recital de la sala Bataclan. Fueron momentos de auténtico pánico.
Afortunadamente no se produjeron más víctimas allí, y el público abandonó el estadio cuando la policía pudo asegurar la zona. Lo hizo cantando la Marsellesa como símbolo de unión y esperanza. La hermana del jugador del Cholo logró escapar del concierto y está a salvo.
Hay que tomar medidas políticas serias, hay que tomar medidas urgentes. Hay que tomar medidas a la altura de las circunstancias para proteger una sociedad civil que sigue pagando las terribles decisiones políticas y económicas de sus dirigentes, porque no podemos ni debemos olvidar que actos terroristas se comenten todos los días. Cada día muere gente inocente en todo el mundo, aunque parece que nos afecta más si pasa en suelo europeo o americano.
El auténtico viernes 13 que tocó vivir a los parisinos ha sido absolutamente terrible. Pero no caigamos en la desidia de cambiar la foto del Facebook por una bandera francesa y de rezar por París creyendo que así nos solidarizamos con las víctimas inocentes. Dediquemos tan sólo unos segundos a meditar que esas no han sido, ni serán las únicas víctimas inocentes. Lamentablemente, otra vez.