Mariana 'Lali' Espósito tiene algo que muchos artistas anhelan y nunca tendrán: ángel. Tiene magnetismo, carisma, es profesional, le sobra talento y, además, no perdió la humildad. En los últimos años su estrella comenzó a brillar mucho más y parece no tener límites. Esta chica de barrio, oriunda de Parque Patricios, nació en 1991.
Según ella, siempre quiso ser artista y nunca dejó que nada ni nadie opacara ese sueño. El año 2003 la vio debutar en TV en "Rincón de luz". Le siguió "Floricienta", "Chiquititas sin fin", "Casi ángeles" -que impulsó su faceta musical-, "Esperanza mía", por nombrar algunos. Paralelamente, y después de editar seis discos con el grupo, en 2013 lanzó su carrera solista.
Hace dos años Lali alcanzó el protagonismo en cine con "Permitidos" (2016) y por estos días se volvió una estrella refulgente en la codiciada alfombra roja del Festival de Venecia.
Este año es el más intenso de Lali: sacó disco nuevo, "Brava" (que presentará en Mendoza el próximo sábado), el mes pasado dio dos recitales en el Luna Park, participa como jurado de un reality que acaba de comenzar ("Talento Fox") y el jueves próximo estrena el filme "Acusada", el drama que la llevó a la Competencia Oficial del Festival de Venecia y que también estará en la Sección Contemporary World Cinema del Festival de Toronto.
El largometraje cuenta la historia de Dolores Dreier (Lali Espósito), que se ve envuelta en un oscuro episodio en el que su mejor amiga aparece brutalmente asesinada. El elenco lo completan Leonardo Sbaraglia, Inés Estévez, Daniel Fanego, Gerardo Romano y Gael García Bernal.
Lali habló con nosotros sobre la realización del filme, su música y cómo vive este gran momento.
-No existen muchas películas sobre juicios en el cine argentino. ¿Cómo fue el proceso de armar "Acusada"?
-Te diría que eso fue uno de los focos principales de ocupación, y preocupación, de Gonzalo (Tobal, el director). Fue cómo hacerlo lo más realista posible, sabiendo que no hay tantas referencias en la cinematografía de nuestro país. Fue toda una charla esto que decís.
-Venías de hacer "Permitidos", una comedia que resaltaba tu parte extrovertida. Con este personaje de "Acusada" es todo lo contrario. ¿Fue difícil ese cambio?
-Y, además, soy la “chica gesto” (risas). Fue un gran laburo que hicimos con el director. Hubo mucho trabajo previo, desde el casting hasta las primeras reuniones. Hice muchos ejercicios de improvisación, me filmé mucho con él mientras decía textos largos. Y entender el mundo del drama en el cine. Como actor uno sabe que los gestos cuentan, toda la teoría, digamos, pero este personaje era muy particular. Tenía que contar su historia y a la vez que el espectador no se diera cuenta de lo que le está pasando. Eso fue bastante difícil.
-¿Buscaste referencias para trabajar eso?
-Sí. Vi muchas entrevistas de gente dando declaración en casos reales, personas acusadas de algún crimen. De acá, de afuera, también vi documentales. Le presté atención a cómo daban reportajes, cómo hablaban, cómo se dirigían a los periodistas, cómo contestaban; tanto personas que eran culpables como otras que después resultaron inocentes.
-¿Te preparaste de alguna otra forma?
-Tengo un amigo que es psicólogo y hablé mucho con él, también. Traté de entender cómo se maneja alguien que está en un estado de shock emocional, que aclaro que eso no significa que sea culpable; ni inocente. Tuve que laburar esa fina línea de alguien con cierto trauma y que hace dos años está trabada en una situación caótica. Me focalicé en eso. El foco fue que mi personaje quedó trabado en ese día y no sabe cómo salir de eso, que lo único que tiene en la cabeza es la imagen de su amiga acuchillada. Eso genera más como una neutralidad, que era nuestro objetivo.
-Te tengo que preguntar, obviamente, si la película tiene algo que ver con el caso de Lucila Frend, que fue acusada de asesinar a su amiga Solange Grabenheimer. Hay muchas coincidencias entre el filme y el caso.
-¡No! Las vidas no son las mismas, las familias no estaban constituidas de esa manera. En ese caso se habló de que ellas eran pareja, de que compartían un novio, de todo se dijo. Nunca el foco estuvo en eso. La trama del filme es sobre dos amigas en donde una aparece muerta y la otra es acusada, y automáticamente se piensa en Lucila Frend. Pero nunca se usó de referencia ese caso.
-Tu carrera como cantante explotó, pero a la vez no dejás de lado la actoral. ¿Tenés pensado llevar las dos juntas?
-¿Sabés lo que me pasa? Si el día de mañana me pinta cocina, voy a sacar un libro de cocina; conociéndome. Soy una mujer muy decidida cuando quiero ir por algo. Quizás no pienso tanto en cómo se va a ver, o cómo la crítica va a tomar si yo salto de una cantante pop a hacer una película dramática en el cine. Me sé desdoblar haciendo actividades distintas. Para mí son dos actividades totalmente diferentes, y te puedo contar mis experiencias con cada una de ellas por igual. Además, me abordan de maneras distintas: no es lo mismo tomar un guión, estar a disposición de un director y ser parte de una cadena, que en la música donde sos vos, tus letras, tu producción.
-¿Hay alguna de las dos facetas que te guste más?
-Para mí el artista no tiene techo. Puedo conducir un programa o mañana decir que “tengo ganas de estudiar cine” y dirigir una película. Quiero seguir haciendo cine, me vuelvo loca y me encanta actuar. Y la música es muy personal, no podría dejarla en este momento.
-¿Buscás salir de tu zona de confort?
-Sí, es buscado. Hacés algo que funciona y a la semana te están llamando para hacer lo mismo. Gracias a Dios, ¿no? Porque es laburo. Si tenés la oportunidad de no repetirte, para mí es la gloria. Por ejemplo, “Esperanza mía”, por nombrar algo popular televisivo, nos fue del carajo. Obviamente que Adrián (Suar) y Canal 13 querían que al año siguiente ya haga otra comedia para que funcione igual. Pero me iba a estar repitiendo, y eso hace que me aburra. Nada peor que entregarle siempre lo mismo a la gente. Me da medio como estafa (risas). Entiendo que de afuera podría verse como que estoy loca y que tendría que ir por lo que funciona, pero espero y creo que a la gente le gusta ver cómo me animo a hacer cosas distintas.
-¿Hay algo que te gustaría probar?
-Me encantaría producir ficción en cine. Soy muy visual para las cosas. De hecho, mis canciones siempre salen de ver algo, o de una foto, o de un sueño que tuve y toma forma de videoclip para un tema. Siempre fui así, de chiquita. Sin pecar de creer que uno tiene la capacidad de hacerlo porque no lo sé, nunca lo hice; sí es un lugar del atrás de escena que me gusta.
-Acabás de sacar un nuevo disco, "Brava"; se estrena esta película y también en TV comenzó "Talento Fox". ¿Tenés pensado descansar en algún momento?
-Lo que pasa es que son cosas que se dan, o no. Ahora, en este momento del año, se me juntaron muchísimas cosas; pero por suerte pude darle a cada cosa lo que requiere de mí. Lo que me pasa con “Talento Fox”, por ejemplo, es que se puede ver más tu calidad humana, ese lado más allá de lo musical o el artístico. Hay como una cara nueva que uno muestra que me parece piola.
-Cuando esta Lali ve a la que salió de Parque Patricios, ¿qué es lo que piensa?
-Lo primero que pienso es “qué inconsciente de mierda”, porque nunca dejé que me tiraran atrás pensamientos como “eso es para otros” o “eso es para los que están en otra posición y tienen cómo llegar”. Nunca pensé en eso. Habla de un ego enorme igual (risas). Cuando era chica pensaba “¿por qué yo no?”, porque a veces esas barreras no se las pone uno, sino que lo hacen los demás. Trabajé mucho con chicos de mi edad y siempre veía que el problema estaba en los padres. Son los padres los que a veces obligan a vivir sus sueños frustrados a sus hijos, y te das cuenta que los chicos no quieren hacer eso. O a veces le cortan las alas y no desde la maldad sino sin darse cuenta.
-En cambio, vos pensabas algo así como hasta dónde podías llegar…
-Me acuerdo de esa niña de Parque Patricios y recuerdo que no me importaba absolutamente nada sentir que yo no tenía la posibilidad de llegar. Nunca lo hice. Y creo que eso también te empuja muchísimo a lograr lo que ambicionás.
-Visitaste Mendoza varias veces, ¿contame cómo fue estar allí?
-Conozco mucho a la provincia como turista y por supuesto por laburo. He viajado a Mendoza con amigos a pasarla muy bien. Y, claro, por otra parte fui mucho a tocar; el sábado estoy allá de nuevo. La atención del público: son de los que más observan y escuchan, y siempre me sorprende eso en los shows. Cuando hacés una pausa para decir algo, no es que siguen a los gritos, sino que paran para escucharte lo que vas a decir. No lo puedo creer.
Lali Espósito y “brava tour” en Mendoza
Día y hora: sábado 15, a las 21.
Sala: teatro Plaza, Colón 27, Godoy Cruz).
Entradas: $ 600 (Pullman), $ 800 (Gold) y $ 1.000 (Vip). Anticipadas en www.tuentrada.com