Tres hombres y una mujer asaltaron una joyería en la ciudad entrerriana de Colón y protagonizaron una cinematográfica fuga que incluyó una persecución y tiroteo que se extendió más de 150 kilómetros, hasta que los delincuentes se internaron en un maizal y un pequeño monte y lograron escapar.
Fuentes policiales aseguraron que el hecho comenzó cerca de las 21 de anoche, cuando los delincuentes ingresaron a una joyería ubicada en el centro de la ciudad de Colón y lograron apoderarse de gran cantidad de joyas y relojes.
Los delincuentes escaparon en un Peugeot 308, y tras la correspondiente denuncia policial, se dispuso un operativo cerrojo para evitar que los ladrones abandonen esa turística ciudad del oriente entrerriano.
Sin embargo, los asaltantes lograron escapar por la ruta nacional 135, que vincula la autopista mesopotámica (ex ruta nacional 14) y el puente internacional General Artigas, tendido entre Colón y la ciudad uruguaya de Paysandú.
Durante la persecución, los efectivos policiales y los asaltantes intercambiaron numerosos disparos de armas de fuego, pero los delincuentes lograron fugar a bordo de un Citroën C3 color oscuro, que los aguardaba en la ruta.
En ese vehículo, que era conducido por una mujer, los asaltantes llegaron hasta la cabina de peaje de Colonia Elía, en la autopista mesopotámica y, sin aminorar la velocidad, colisionaron la barrera y continuaron su fuga hacia el sur, rumbo a Gualeguaychú.
Al llegar al cruce de esa autovía y la ruta provincial 20, tomaron rumbo al oeste, en dirección a la localidad de Urdinarrain y, para distraer a los perseguidores, tiraron algunas bolsas con parte de las joyas robadas en Colón.
Cerca de la medianoche, los asaltantes fueron interceptados en cercanías de Aldea San Antonio, a unos 20 kilómetros de Gualeguaychú, donde abandonaron el auto en que se trasladaban y escaparon a pie internándose en un maizal.
Las policía que perseguía a los ladrones encontró dentro del vehículo abandonado armas y parte de las joyas robadas.
Voceros policiales confirmaron que esta mañana los delincuentes continuaban siendo buscados en el maizal y en un espeso monte cercano, donde se supone que aún permanecen escondidos.