Fueron 55 minutos de un diálogo respetuoso pero intenso. Hernán Lacunza, el hombre de Mauricio Macri para capear la tormenta, y dos economistas de Alberto Fernández intercambiaron opiniones muy diferentes sobre la crisis.
Macri y Lacunza tienen hoy en sus manos el control del Estado. Pero el albertismo sabe que un comentario erróneo puede afectar las variables. Por ello, se acordó que mientras el Gobierno intentará morigerar la especulación, los opositores bajarán el tono de sus críticas y sobre todo cuidarán el modo y las propuestas de campaña.
Por el contrario, los opositores le pidieron al ministro que en campaña el macrismo deje de decir que el Frente de Todos no honrará los compromisos y que la Argentina irá rumbo a "ser Venezuela", porque eso tampoco ayuda.
Las voces fueron de Cecilia Todesca y Guillermo Nielsen, dos de los cinco economistas que asesoran a Fernández. Habían sido convocados por el ministro por orden del Presidente. Los recibieron Lacunza y Sebastián Katz, secretario de Política Económica.
Abrieron con el tema caliente: el dólar. El funcionario reconoció errores, les explicó que el Banco Central intervendrá en el mercado y no convalidará shocks especulativos. Todesca y Nielsen expresaron su preocupación por la caída de las reservas del Central.
El segundo tema en importancia, comentaron fuentes oficiales y del albertismo, fue el de la deuda con el FMI. Hubo consenso sobre que el organismo depositará los 6.400 millones de dólares previstos hasta diciembre.