El ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, aseguró hoy que la Argentina debe encarar una renegociación de la deuda con los acreedores de forma "rápida y voluntaria" y aclaró que "no hay tiempo para perder" porque el país necesita recuperar la posibilidad de volver a financiarse en el mercado de capitales.
Dijo también que él y su equipo de trabajo estarán disponibles para cooperar en caso de que haya una “renegociación de buena fe” en caso de que el voto popular no acompañe a Mauricio Macri el 27 de octubre y le dé el triunfo a Alberto Fernández (del Frente de Todos), quien ya anticipó su intención de renegociar con el FMI y los acreedores privados.
En una conferencia de prensa, el funcionario precisó que la deuda aumentó "un 30%" durante la gestión Macri, pero aclaró que esto fue para financiar un déficit inercial equivalente a 7 puntos del Producto Bruto Interno desde el inicio de la gestión. Cristina Fernández había dejado un rojo primario del 3,8% del PBI.
Pero ese rojo se vio incrementado por el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que obligó a la Casa Rosada a devolverle dinero a las provincias que le venía reteniendo para financiar la ANSeS y por la rebaja de impuestos que la gestión Macri decidió hacer a poco de asumir, como la quita de las retenciones a las exportaciones.
La deuda total de la Argentina alcanzó en septiembre un nivel de 314.618 millones de dólares. De ese total, 115.871 millones está en manos del sector público; hay 126.079 millones en manos del sector privado; y los restantes 72.668 millones son compromisos con los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, apuntó Lacunza.
"La deuda sobre el Producto es del 68% y lo que es exigible por parte del sector privado y organismos, es del 43% del Producto", sostuvo el ministro. Con esto, cruzó a Alberto Fernández quien en las últimas horas había dicho que el pasivo de la Argentina superaría a fin de año el 100% del PBI.
"La variación de la deuda es la suma de los déficit. En la medida que haya equilibrio como hay en septiembre de 2019, seguramente las variaciones próximas de la deuda van a ser mucho más moderadas y sustentables, porque ahora no hay una inercia de déficit", dijo Lacunza al responsabilizar por el aumento de la deuda a la "herencia" que dejó el kirchnerismo en diciembre de 2015.
Para adelante
“Nos parece que este es un buen punto de partida para conversar con nuestros acreedores sobre la sustentabilidad de la deuda. La Argentina necesita recuperar el crédito voluntario”, dijo el funcionario al hablar de lo que viene por delante, independientemente quién gane las elecciones del próximo 27.
Lacunza sostuvo que obviamente “es finita” la estrategia de usar recursos propios para pagar vencimientos, como ser el dinero prestado por el FMI o las reservas del Banco Central. “Ningún país del mundo podría enfrentar sus compromisos de deuda de forma cash por tiempo muy duradero”, sostuvo, al destacar la imposibilidad de renovar títulos porque el mercado está cerrado por el reperfilamiento.
"Esto no quiere decir que sea inminente, hay recursos para varios meses. La conclusión que sale de aquí es que cualquier negociación con los acreedores debería cumplir dos condiciones: para que la Argentina recupere crédito rápidamente debería ser voluntaria y rápida. Esto no quiere decir urgente, que mañana tengamos que salir corriendo, pero creemos que no hay tiempo para perder", expresó.
Lacunza dijo que la Argentina tiene que encarar “una conversación sincera, amigable y voluntaria” con sus acreedores para recuperar el crédito voluntario.
"En caso de que el voto popular nos acompañe, y esto es una conjetura, el escenario financiero mejoraría sustancialmente y eso permitiría una rápida negociación con los acreedores. Y en el caso de que nos acompañe, quien sea la autoridad de turno va a tener la cooperación de estos funcionarios para poder encarar cualquier negociación de buena fe porque como decía antes, no hay tiempo para perder", sostuvo.