Como todo converso, Iglesias trata de ser "más papista que el Papa". De ahí su utilización burda de la vulgata liberal.
En mi respuesta anterior demostré la falsedad de varias de sus afirmaciones. Los trotskistas no apoyamos los regímenes burocráticos ni decimos que el peronismo gobernando expresa un "poder popular".
Le señalé que hay dirigentes obreros que son diputados en el PTS y el Frente de Izquierda (como Raúl Godoy) y otros que son parte de nuestros principales dirigentes. Ahora insiste en tratar de mostrar que Trotsky no era más que una variante de Stalin. Pero Trotsky lo enfrentó hasta que aquél lo mandó matar y fue su “enemigo público” número uno.
Criticó los privilegios burocráticos y el régimen de partido único, defendiendo el “pluripartidismo soviético”. Estos son los hechos frente a un Iglesias que quiere igualar trotskismo y stalinismo para tratar de desacreditar a una izquierda en ascenso. Una izquierda que, lejos de cualquier totalitarismo, lucha por una democracia de los trabajadores infinitamente superior a la restringida democracia de los capitalistas.
Si los medios de producción fueran de propiedad colectiva, podríamos planificar democráticamente la economía, por medio de la deliberación y toma de decisiones por el conjunto del pueblo trabajador, que ejercería la dirección de su propio Estado. Las irracionalidades que son propias de este sistema serían superadas.
El capitalismo nunca será otra cosa que un sistema basado en la explotación del trabajo asalariado, donde la riqueza se concentra cada vez en menos manos, se persigue a los inmigrantes y se explotan irracionalmente los recursos naturales. Organizar la sociedad sobre otras bases no sólo es posible sino necesario. Para Iglesias en cambio, al igual que pretendía Fukuyama, la historia se detuvo y no existiría alternativa posible al capitalismo. Para los trabajadores no quedaría otra que agachar la cabeza y soportar la barbarie del sistema.
Pero no es sólo esto. Insiste en presentar a Chile (ahora dice “el de la Concertación”) como “modelo”. Pero la ex Concertación, actual Nueva Mayoría (que incluye al Partido Comunista), es al sistema político trasandino lo que el kirchnerismo al argentino (doble discurso y corruptelas incluidos), mientras que Macri y Cambiemos son el símil de la fuerza del derechista Piñera, que terminó su mandato en una fuerte crisis y también con escándalos de corrupción. Iglesias no niega que Chile sea el país con la legislación más antiobrera de toda la región.
Simplemente que, al igual que los neoliberales ultra, parece opinar que sin sindicatos toda va mejor. Si los empresarios hacen y deshacen a piacere se creará riqueza que luego derramará hacia “los de abajo”. Lo mismo que nos decían bajo el menemismo, con la salvedad que quien apoya el “unicato sindical” es Macri (que les da prebendas para que apoyen su política antiobrera) y no nosotros, que combatimos diariamente a los burócratas sindicales.
Por si algo faltara, Iglesias recurre a la mistificación de la Cuba de Batista que hacen los gusanos de Miami culpando, a la revolución, de todos los males. Lástima que los campesinos y obreros cubanos no opinaban de la misma manera. Antes de 1959 había casi un 25% de analfabetos que la revolución redujo a 0.
La expectativa de vida era de 58 años y hoy lo es de 77 para los hombres y 78 para las mujeres. La mortalidad infantil era de 60/1000 y hoy se reduce al 5,3/1000, una mejora impresionante, siendo la segunda del continente. Y esto pese al costo del bloqueo, que la Cepal estima en 117 mil millones de dólares. Decimos esto cuestionando a la vez el régimen burocrático imperante en Cuba, a pesar del cual la revolución produjo conquistas innegables -hoy amenazadas- gracias a la expropiación de los terratenientes y del capital imperialista.
Dejamos para el final el argumento central. Según Iglesias “el trotskismo argento (...) es incapaz de comprender el avance que (...) representa el triunfo de Cambiemos”, respecto de los gobiernos peronistas. En realidad, la visión gorila berreta de Iglesias hace espejo con la que presentan los peronistas de sí mismos.
Ver la historia nacional como una lucha entre “republicanos” y “populistas” no resiste el cotejo histórico. Los “republicanos” defendieron la proscripción política y dieron personal político a todas las dictaduras, incluyendo la de Videla. Los “populistas” no vacilaron en entregar el país en la década de los ’90 aliados a los liberales, y hoy los gobernadores del PJ defienden y aplican en sus provincias el ajuste macrista. Ambos sectores han sido responsables de la continuidad del atraso y la dependencia nacional.
En tres meses de gobierno, Macri favoreció a las grandes patronales (agrarias, petroleras, mineras, privatizadas y bancos, entre los principales) y ahora se apresta a pagar 15 mil millones de dólares a los fondos buitre. Llenó los puestos de gobierno con gerentes y ex gerentes de empresas multinacionales.
Atacó las libertades públicas con la “emergencia en seguridad” o con el inconstitucional “protocolo antiprotestas”. Por eso el poder económico festeja el rumbo de Cambiemos. Del otro lado, la mayoría de quienes leen este debate han visto caer su poder adquisitivo por el salto inflacionario. Temen por sus puestos de trabajo, de cara a los 110 mil despidos que ya se dieron entre el sector público y el privado. Llegar a fin de mes es cada vez más difícil.
El de Cambiemos es un gobierno de y para los ricos, como varias encuestas muestran que percibe gran parte de la población. Nosotros, que nos opusimos desde la izquierda al kirchnerismo, estamos claramente junto al pueblo trabajador que resiste el ajuste, construyendo una alternativa de izquierda anticapitalista y socialista, tanto a los “republicanos” como a los “populistas”.
PD: Tener una obra social para trabajadores como IOMA no impide atenderse en el hospital público. Se abona el SAMO. Lo hago frecuentemente en el Hospital Cestino de Ensenada. ¿Dónde lo hará Iglesias?