Al igual que en la película que protagonizó Bill Murray a comienzos de la década del 90, “El día de la Marmota”, donde el personaje está atrapado en bucle temporal y despierta siempre en el mismo día, la vitivinicultura, parece estar pasando por la misma situación una y otra vez.
Si sólo nos paramos a analizar lo que sucedió durante la administración de Cornejo, con esta nueva intervención que se anunciaría la semana que viene, el Estado ha salido con operativos de compra de vino o uva en tres oportunidades. El primero en 2016, cuando tras la visita de Macri, el gobierno recibió un aporte de 50 millones de pesos para comprar vino blanco genérico, que en ese momento cotizaba a 1,70 y que logró un aumento del 70%. El segundo fue en esta cosecha, cuando el gobierno puso en marcha el fondo anticíclico, con un operativo de compra de uva, que buscó sostener los precios, por el cual adquirió más de 450 mil quintales a 1.017 productores de los oasis norte y este. El tercero llegará la semana que viene con el objetivo demovilizar el precio de los tintos genéricos y del mosto. Aunque este último, muy ligado a la exportación, ha mostrado una leve mejoría esta semana.
En 2016 y 2017, el gobierno no tuvo que intervenir en el mercado porque se registraron las dos cosechas más bajas de los últimos 50 años. En sintesis la naturaleza acomodó las cargas.
Qué sucede ahora: según los últimos datos de existencias proyectadas publicados por el INV en Mendoza al 1 de junio de 2020, hay unos 7,6 meses de stock para los vinos color genéricos- Entonces, si se calcula que el número de “equilibrio” para que la oferta y demanda se mantenga tensa, es de 5,4 meses de stock, hoy sobran 130 millones de litros de vino tinto.
Qué hay que hacer para evitar que esto vuelva a suceder, cómo en el “día de marmota”. Muchos hablan de prohibir la implantación de nuevos viñedos, pero esa medida es rebatida por quienes creen que desalentaría la inversión. Otros quieren que muchos de estos viñedos se reconviertan. Algunos plantean un plan de erradicación la europea, pero nadie dice cómo se podría financiar un plan de tal magnitud.
El consumo interno lleva varios años de caída y el escenario macro, con estas tasas, invita a dejar el dinero “trabajando” en el banco. La salida, no es fácil.
