Por Rosendo Fraga - Analista político - Especial para Los Andes
La visita de Obama ha sido el punto culminante del replanteo de la política exterior realizado por la administración Macri. La palabra clave del presidente estadounidense en esta visita es que Argentina debe ser un “ejemplo” para la región.
Ello explicita que Washington percibe la significación que tiene el giro que implica la llegada de Macri al gobierno, el que puede influir en procesos análogos que se han iniciado en Venezuela, Bolivia y posiblemente en Perú en la próxima elección presidencial y en la evolución de la crisis política de Brasil.
El éxito de la experiencia argentina puede hacer que este giro regional se acentúe y acelere, en la reversión de la dirección que implicó la llegada de Chávez al poder a fines de los años noventa. Los acuerdos firmados son más amplios que lo informado hasta ahora por el gobierno argentino.
En materia comercial, se abre la posibilidad de bajar barreras arancelarias en forma bilateral, sin que ello implique un Tratado de Libre Comercio (TLC) que llevaría a abandonar el Mercosur. Hay acuerdos en lucha contra el lavado, el narcotráfico y el terrorismo. Posibilidad de cooperación para que la Argentina reciba a refugiados sirios y envíe fuerzas de paz al África.
Que las Fuerzas Armadas tengan una mayor presencia en el Comando Sur estadounidense, se coopere en materia de inteligencia en la Triple Frontera con Brasil y Paraguay, se integren fuerzas conjuntas de inteligencia y repare su flota de aviones de transporte Hércules C-130 con asistencia estadounidense, son posibilidades abiertas ahora.
También se ratifica la cooperación en materia de seguridad nuclear y con la NASA en el campo satelital. Pero al margen de ellos, la administración Obama presentó un escrito ante la Cámara de Apelaciones de Nueva York a favor de la posición argentina. El jueves Macri estuvo en Washington participando en la Cumbre de Seguridad Nuclear, oportunidad en la cual se reencontró con Obama e inició su acercamiento al Asia en una entrevista con el presidente de China.
Un día antes, el miércoles 30, el Senado dio sanción definitiva al proyecto de acuerdo con los holdouts que tiene ya la aprobación de Diputados. La semana anterior, las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Economía dieron dictamen favorable con el voto de senadores del FpV. Ello anticipó lo que sucedió en el plenario de la Cámara, donde 54 senadores votaron a favor y solo 16 en contra.
Con la sanción definitiva y el mencionado respaldo de la administración Obama, el gobierno argentino se concentrará en terminar de resolver los problemas surgidos para la audiencia entre partes convocada por la Cámara de Apelaciones de Nueva York, lo que genera dudas sobre el mantenimiento de la fecha de pago, que era del 14 abril y ahora puede postergarse al 18.
La aprobación del proyecto en el Senado confirma que la división entre peronismo y kirchnerismo se profundiza y que este último no está en posición de condicionar al Ejecutivo en el sistema político, es decir en los gobernadores y el Congreso.
El cuarenta aniversario del último golpe militar y la visita de Obama evidenciaron que el núcleo duro de la oposición está en la convergencia del kirchnerismo con la izquierda.
Aproximadamente 40.000 personas se concentraron el 24 de marzo en la Plaza de Mayo en repudio al último golpe militar. Convergieron tres sectores diferenciados: por un lado las organizaciones de derechos humanos, más allá de sus divisiones entre moderados (Carlotto) y radicalizados (Bonafini); los partidos de izquierda, como el PO, el MST, el PST, etcétera, en gran medida de orientación trotskista, y el kirchnerismo, con agrupaciones como La Cámpora, el Movimiento Evita y otras. Fuera del kirchnerismo propiamente dicho, se destacó la presencia de Daniel Scioli.
Cristina adhirió al acto con un tuit recordando la carta del escritor Rodolfo Walsh a la Junta Militar. Pero la manifestación también se hizo contra la visita de Obama al país, el acuerdo con los holdouts, “los despidos de Macri” y en “defensa de las conquistas de los últimos años”, en una clara línea de cuestionamiento al gobierno nacional y todas sus políticas.
Este es el núcleo central de oposición que enfrentará el gobierno de Cambiemos en los próximos meses y será en la protesta en la calle el ámbito en el cual se manifestará. El único incidente de seguridad que tuvo la visita de Obama fue cuando, en Bariloche, manifestantes kirchneristas traspasaron el cordón de seguridad y llegaron hasta el auto de Obama.
Mientras tanto las denuncias de corrupción han adquirido dinámica, proyectando consecuencias políticas. El impulso de las causas judiciales por denuncias de corrupción contra el kirchnerismo no han partido del gobierno sino de los medios de comunicación.
La Justicia se mueve a partir de ellos y bajo el efecto que está generando la actuación de los jueces contra la corrupción en Brasil, que comienza a generar actitudes análogas en funcionarios judiciales argentinos y conexiones, como la investigación al presidente del Senado brasileño (Calheiros), acusado de haber recibido un soborno en la venta de una empresa local de Petrobras de un empresario ligado al kirchnerismo (Electroingeniería).
La Casa Rosada parece neutral en este proceso, como lo ha dicho públicamente el mismo Macri, mientras que en su equipo hay opiniones encontradas sobre si el proceso que se ha dinamizado favorece o perjudica al gobierno. Cristina Kirchner está citada a declarar, en la causa por la venta del dólar futuro, para el 13 de abril, habiendo dicho el juez Bonadío, que la ha citado, que si no comparece la llevará por la fuerza pública.
Para ese día, el kirchnerismo ha convocado una protesta nacional en las calles en solidaridad con ella. Al mismo tiempo, las denuncias contra los empresarios Cristóbal López y Lázaro Báez, a quienes se acusa de diversas irregularidades y nexos económicos con la familia Kirchner, avanzan rápidamente.
El ex titular de la AFIP, que ahora está al frente de la Auditoría General de la Nación (Echegaray) ha dicho que Báez debe ir preso. El ex candidato radical a la gobernación de Santa Cruz (Costa) dice que Cristina, López y Báez irán presos. Lo mismo dice el dirigente sindical Luis Barrionuevo. Por su parte, Báez dice que él puede explicar su patrimonio, pero Echegaray y Alicia Kirchner no pueden hacerlo.
Cristóbal López amenaza con difundir programas de televisión contra un empresario vinculado al Presidente (Caputo) -a quien Elisa Carrió exige venda todas sus empresas- y un enviado del Presidente intima al primero a que en un mes actualice su pago del impuesto de Ingresos Brutos por el negocio del juego en la Ciudad de Buenos Aires. Se ha desatado un proceso que afecta principalmente al kirchnerismo, pero cuyas consecuencias políticas hoy son difíciles de prever.
Pero tras Obama y los holdouts, posiblemente el segundo trimestre del año estará dominado por la cuestión social. La amenaza de huelga policial en la provincia de Buenos Aires, la intimación de intendentes peronistas del conurbano de que “si estalla el conurbano cae el Presidente”, el impacto del aumento de tarifas, la presión de los sindicatos, los conflictos que derivan de los despidos en el sector público y la oposición para modificar la escala del impuesto a las Ganancias, muestran que no será un momento fácil para el gobierno de Cambiemos.