La visita de Obama, ¿por qué tantas sonrisas?

La visita de Obama, ¿por qué tantas sonrisas?

Creo que la visita de Obama era necesaria para el país, no hay destino sin integración con el resto del mundo, incluido los Estados Unidos.
El mensaje que se transmite con imágenes es tan o más importante que las palabras. Un ejemplo: los zapatos negros de todos los días que usó el papa Francisco al asumir el papado, en vez de los rojos que era tradicional para el cargo.

Cuando repasamos las fotos o imágenes de la visita de Obama advertimos que la inmensa mayoría de ellas encuentran a sus protagonistas con sonrisas de distinta magnitud, ni un gesto adusto o de preocupación, y mucho menos de contrariedad.

Los escenarios eran de lo mejor que tenemos para ofrecer. Otro tanto podemos decir de las vestimentas de los protagonistas y sus acompañantes.
Tampoco la conferencia de prensa que brindaron dio lugar a que ese clima de "todo bien" para "mejor" se alterara.

La entrevista con los jóvenes, más desestructurada e informal, pero igualmente clima de armonía total. En ese caso los jóvenes seleccionados, sin lugar a dudas reales, sinceros en sus expresiones y en su estética, pertenecían a un sector de la sociedad. Sector medio, universitario, informado, con interés genuino por estar ahí.

La cena de honor. Mas sonrisas, presencia de la oposición e invitados varios entre los que sobresalieron los más famosos de los presentes, como la Sra. Mirtha Legrand saludando sola a Obama.

El homenaje a los desaparecidos, los dos presidentes en absoluta soledad lanzando flores al río.

La pasada por Bariloche, el mejor de nuestros paisajes, la ampliación y profundización de las sonrisas y hasta los cariños entre los presidentes y esposas.

Conclusión, todo bien, y camino a ir mucho mejor.

Cabe preguntarse, y con ánimo francamente propositivo, una ocasión tan importante y difícil de repetir, ¿no merecía otras imágenes que reflejaran, por ejemplo, que no está todo bien en las relaciones con EEUU y mucho menos con su política exterior, me refiero a la paz mundial y su accionar en Oriente Medio; me refiero a su notoria resistencia a los pactos de cuidado ambiental; me refiero a las barreras arancelarias y para arancelarias que ese país pone a nuestro productos; me refiero al profundamente injusto fallo del juez Griesa... Mostrar diferencias, éstas u otras, no implica ser imprudentemente descortés o agresivo, implica en todo caso intentar ser digno frente al poderoso mostrando quienes de verdad somos y pensamos.

¿No hubiera sido bueno mostrarle al importante visitante un espectro más amplio de nuestra realidad? Por ejemplo, que hubiera sabido de la inmensa cantidad de jóvenes que no saben quién es Obama porque no tienen acceso al estudio o al trabajo. Esto es mostrar la diversidad, y obviamente no me refiero a la partidaria política. Nuestras diversidades son mucho más importantes y variadas que las políticas, como las grietas.

¿No hubiera sido bueno mostrar imágenes con las que Macri transmitiera su voluntad de achicar esas grietas? ¿Su determinación de lograr pobreza cero?

El homenaje a los desaparecidos en soledad, siendo que ese mismo día hubo manifestaciones con mucha gente en las calles recordando la fecha.

¿No hubiera sido enriquecedor para la visita que esos eventos tuvieran algún contacto?

¿La Sra. Mirtha Legrand es una expresión de nuestro mejor periodismo, de nuestras mejores expresiones artísticas/culturales? Respetuosamente opino que había otras muchas personalidades para mostrar junto al visitante, Santaolalla, Darín, Campanello, Margarita Barrientos, que expresaran mejor el nivel de nuestro recurso humano.

Por fin Bariloche, quién puede dudar de su belleza escénica, pero de nuevo la soledad de los protagonistas y el clima de fin de semana distendido de pareja de amigos.

Ojalá lo sean, y en buena hora, pero no hay fiesta, no hay motivos para imágenes de tanta distensión liviana, no al menos para los dos protagonistas del encuentro de muy difícil repetición que tienen en sus espaldas, por decisión propia (nadie los obligó que fueran presidentes), el destino de tanta gente con tantos problemas y tan pocos motivos de sonrisas, en escenarios a los que muy probablemente la mayoría de ellos no accederán nunca.

Dos presidentes, o al menos el nuestro, diciendo con imágenes que son conscientes de las necesidades de sus pueblos, que les duele la pobreza que quieren eliminar, que no están dispuestos al descanso, que son capaces de expresar a todos, aun con nuestras inmensas diferencias. Muy lejos de aquel Menem jugando eternamente al golf o al tenis con Bush.

Esa humildad, esa firmeza, esa grandeza que necesitamos de nuestros líderes no se vio en las imágenes que comento y pienso que hubiera sido una buena oportunidad para hacerlo, lo que hubiera mejorado sensiblemente la imagen y el mensaje de la visita. Quiero pensar que solo fue un error de comunicación.

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