La Virgen, la Pachamama y el diablo

El lago Titicaca enmarca la fiesta de la Virgen de la Candelaria, Patrimonio Inmaterial Cultural de la Humanidad. Ejemplo del sincretismo que caracteriza a las poblaciones puneñas.

La Virgen, la Pachamama y el diablo
La Virgen, la Pachamama y el diablo

El mejor escenario para esta tradicional festividad son las orillas del lago Titicaca. Esta edición, en su quincuagésimo primer aniversario, la fiesta en honor a la Virgen de la Candelaria, se celebrará con el reconocimiento de Patrimonio Inmaterial Cultural de la Humanidad otorgado por Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) otorgado a fines de 2014.

La Unesco sustentó su decisión al indicar que la festividad "combina rituales religiosos con tradición musical, danzas y artesanía. La cosmovisión de las comunidades quechua y aymara de Puno y de la región circundante, las que heredaron este conocimiento y saberes de sus mayores y los transmiten a los jóvenes, otorgándoles un sentido de continuidad y pertenencia", son parte de los fundamentos.

La misa que se realiza hoy en honor a la Santísima Virgen es el inicio de dos semanas de festejos, entre rituales, música, bailes con máscaras y concursos plagados de alegría y fervor religioso.

Puno, orgulloso de su legado cultural, sale a las calles con su folclore a cuestas y un esplendor que tiñe las alturas de la pasión de su pueblo.

Así la imagen de la Candelaria  desfila por la ciudad en una variopinta procesión de danzas autóctonas o las que algunos denominan "nativas prehispánicas", en las que se elevan plegarias a la madre. Los bailes y cantos muestran también la mixtura cultural ya que por un lado es un homenaje a la Virgen; además, escenifican la vida en el trabajo agrícola y pastoril de los Andes; por otro lado, entonan armoniosas melodías a modo de adoración a la Pachamama.

Luego de la procesión se lleva a cabo el "Concurso de Danzas autóctonas" en el Estadio Enrique Torres Belón, donde participarán, este año, 104 conjuntos y 2 en exhibición.

El domingo próximo, en tanto, se realiza una segunda procesión, esta vez de danzas mestizas con "trajes de luces". Estos bailes tienen su origen en épocas de la colonia, escenifican el trabajo, la vida misma y el rostro mestizo de la región. Sus trajes se caracterizan por tener bordados en tela fina con hilos dorados y plateados y pedrería multicolor. Nuevamente, al finalizar la jornada se lleva a cabo un concurso en el mismo estadio, donde participan más de 80 conjuntos, unas 140 mil personas, entre bailarines y músicos.

El sincretismo religioso entre elementos del mundo cristiano y la cosmología andina, se hace evidente en los vestuarios únicos y en las coloridas máscaras de hasta 10 kilogramos, brindando a la festividad un tinte único e inigualable de presenciar. Cada danza tiene una relación directa con su respectiva máscara. Es así que en la Diablada, por ejemplo, se encarnará a los diferentes demonios siendo el baile una representación metafórica de la lucha entre el bien y el mal.

La festividad, organizada por la Federación Regional de Folclore y Cultura de Puno, atrae todos los años a alrededor de 30 mil turistas quienes, además de participar en la festividad, visitan los atractivos del lago Titicaca.

Agua de altura

El Titicaca es el lago navegable más alto del mundo; en él conviven más de 60 islas artificiales flotantes hechas de la hierba acuática conocida como totora, cada cual habitada por familias uros-aymaras quienes mantienen sus costumbres ancestrales como el vivir de la caza, la pesca y la producción de artesanías con estas mismas hojas.

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