Boca de fiesta por el regreso de Tevez

La Bombonera estuvo repleta para ver otra vez al ídolo. No marcó ningún gol en el triunfo 2 a 1 ante Quilmes, pero igual mostró su talento. El equipo mantiene el liderazgo en el torneo.

Boca de fiesta por el regreso de Tevez

Carlos Tevez es sin dudas uno de los ídolos más queridos por los simpatizantes de Boca Juniors, pese a que solamente disfrutaron de su fútbol durante poco más de tres años. Y además de los más carismáticos por su nobleza y simpatía, que incluso trasciende la frontera del pueblo boquense.

Por eso no sorprendió que el último lunes cerca de 60 mil hinchas lo recibieran como si nunca se hubiese ido, en una presentación histórica, que ni siquiera congregaron Juan Román Riquelme, el máximo ídolo de la institución, y Diego Armando Maradona, el mejor jugador del mundo de todos los tiempos.

Y muchísimo menos que hoy, a las 16.04, frente a Quilmes, por la 17ma. fecha del torneo de Primera División, una cifra similar coreara su nombre antes, durante y después del partido.

Tevez, nacido hace 31 años en Fuerte Apache, un asentamiento sito en el barrio bonaerense de Ciudadela, vivió el día de una manera muy singular: se levantó a las 10 en el Hotel Madero, donde durmió solo, desayunó jugos de frutas, café con leche y unas tostadas. Luego almorzó las típicas pastas en la previa de su "redebut".

Un rato más tarde, a las 14.15, cuando el micro llegó al estadio, "Carlitos" tuvo el contacto con su gente. Fue el tercero en bajar, detrás del zaguero y capitán, Daniel Díaz, y el arquero Agustín Orión, sólo con la ropa deportiva del club, con una sonrisa inmensa y retribuyendo el cariño de los hinchas.

Atrás quedó el día del debut en la Novena División en una Liga de Magdalena, donde convirtió 13 goles con la camiseta de Boca cuando solo tenía 13 años, y también sus inicios en el fútbol infantil de All Boys. Asimismo una infancia dura, donde contó con el amor incondicional de su tía Adriana Martínez y su tío postizo Carlos Tevez, quien luego le dio su apellido.

Y también su debut el 21 de octubre de 2001 frente a Talleres, en Córdoba (derrota por 1-0 con gol del defensor Julián Maidana) como su último partido, el 17 de diciembre de 2004 en la final de la Copa Sudamericana con un triunfo sobre Bolívar de La Paz, en La Bombonera, con un tanto suyo y otro de Martín Palermo.

Pasaron más de 11 años y Tevez, quien además ganó la Libertadores e Intercontinental en el 2003 y el torneo Apertura en el mismo año, y la magia está intacta.

Cerca de las 16.05, cinco minutos antes del inicio del encuentro con Quilmes, con él y el equipo en cancha, el pueblo boquense le rindió tributo a su último gran ídolo en vigencia con un "vení, vení, canta conmigo, que un amigo vas a encontrar, que de la mano de Carlos Tevez, todos la vuelta vamos a dar".

Después llegó la hora de la verdad, la hora de jugar, y ahí hizo lo que mejor sabe: jugó e hizo jugar.

No lució demasiado en el primer tiempo, apenas una jugada por la izquierda, a los 40 minutos, que casi deriva en el 2-0 y que hizo delirar a la gente, pero si mostró su mejor versión en el segundo.

Es que al minuto hizo lucir al arquero Walter Benítez y a los 5m. reventó el travesaño.

Tevez no pudo coronar su buena tarde con un gol, pero si dejó en claro que está más vigente que nunca. Es cierto que quizá le jugó en contra la ansiedad, pero también que puede llegar a hacer grandes sociedades futbolísticas con Pérez en la mitad de la cancha o con Calleri y Palacios en ataque.

El 2-1, más que justo, sobre Quilmes derivó en la recuperación de la punta del torneo y, al fin, fue un hermoso regalo para Tevez.

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