"Quedate en casa" es el lema que ha caracterizado a las campañas contra la pandemia de Covid-19 en los últimos tres meses. Sin embargo, no todas las realidades sociales son las mismas si el hacinamiento, la falta de servicios y el desempleo o el trabajo informal ("changas") condicionan que se cumpla la medida.
Por estas horas, y tras la confirmación de diez positivos a raíz de un cumpleaños multitudinario, los vecinos del barrio Espejo, en Las Heras, no solo temen más contagios sino también la estigmatización y un posible cierre -algo descartado por el municipio-, tal como pasó en la Villa Azul, en Buenos Aires.
Laura Verón, integrante de la organización social Casas de Encuentros, que realiza ayuda solidaria en 10 departamentos incluyendo Las Heras, contó a Los Andes sobre las preocupaciones que le han llegado en los últimos días por parte de los vecinos de El Plumerillo y El Resguardo, que además deben enfrentar episodios de discriminación. El sábado, por ejemplo, hubo un fuerte operativo sanitario en el barrio Espejo que tuvo repercusión en las redes sociales con mensajes violentos.
"Nos sentimos bastante con miedo, con vecinas que no quieren salir, pero también otras que salen porque afuera estás protegido", señaló la mujer, respecto a la precariedad de las familias y los extensos grupos que habitan las viviendas. "La realidad es imposible. Hoy, las ollas populares les dan fuerza a los vecinos y a las mujeres para salir adelante", destacó.
En cuanto a la estigmatización, Laura se mostró triste ante los ataques en las redes y recordó que el Covid-19 no afecta solamente a la gente de sectores vulnerables, aunque sea la más desprotegida y relegada en la crisis social y económica del sistema. "El coronavirus no es un problema del barrio. A nosotros nos discriminan por ser gente pobre, negros de villa, sin saber que la mayoría trabaja y que no les gusta vivir así", rescató.
Por las restricciones y los permisos de algunas actividades laborales exceptuadas, la entrega de viandas a domicilios se ha incrementado notablemente, con unas 7 mil personas asistidas cada semana en barrios populares de Mendoza, según indicaron desde la organización. Junto al hambre y el frío, el estado anímico y psicológico de los vecinos también se agravó ante los datos viralizados en la comunidad por WhatsApp.
"Hay un grado de desinformación abismal. Muchos vecinos se rigen por lo que ven en Facebook. Y te da terror porque le quemarían la casa a una persona que tenga el virus", alertó. En ese sentido, la casa de la familia que dio positiva al Covid-19 está cerrada y marcada, lo que la pone en la mirada constante y obligada de los vecinos.
Si bien se descarta aislar el barrio, sí se han extremado las medidas sanitarias. No obstante, otra vecina del lugar advirtió a este diario: "Estamos pidiendo que vengan a desinfectar la cuadra porque sí vinieron casa por casa con las encuestas, pero la gente vino al centro de salud caminando. Y los vecinos tenemos miedo si esta gente qué ha tocado, si el virus está en la cuadra".
Otro joven también expresó su miedo ante la cámara: "Estamos con mucho temor en la calle Sucre, y los que estamos cerca del centro de salud N° 18. No han desinfectado como deberían. Solamente en calle donde han sido los casos. No sabemos quién puede tener el virus".
Orozco pide responsabilidad y descarta un cierre del barrio
El intendente de Las Heras, Daniel Orozco, solicitó a los vecinos que se comprometan a cumplir las normas sanitarias para cuidarse tanto ellos como al resto de la población. Actualmente, la investigación epidemiológica apunta solamente al conglomerado familiar contagiado y sus contactos, por lo que la ministra de Salud, Ana María Nadal, descartó este mediodía en conferencia de prensa que exista circulación comunitaria del SARS CoV-2 en la provincia.
"Nosotros estamos diciendo que si te cuidás a vos, nos cuidás a todos. Siguen dos unidades sanitarias que trabajan en el sector reviendo las posibilidades. No nos vamos a ir en estos 14 días, donde sabemos que puede producirse otro foco", resaltó Orozco en radio Mitre Mendoza, además de pedir a los vecinos que se guíen por la información oficial del municipio "para que no haya malos entendidos".
"No hay circulación comunitaria en estos momentos, son casos positivos en el núcleo familiar. Se trabaja fuertemente con la policía en el barrio Espejo para que podamos saber que se respete el número de documento y los protocolos que hemos dado desde la Nación, la provincia y el municipio", aclaró ante los reclamos de algunos habitantes del vecindario.
“Se tiene que cuidar cada uno, no podemos poner un policía para cada uno. El virus no nos busca, nosotros lo buscamos”, concluyó el jefe comunal.
Un cumpleaños que alarmó a Mendoza
Más de 20 personas participaron de la fiesta de cumpleaños celebrada el 26 de mayo en el barrio Espejo, donde asistieron los tres contagiados iniciales -madre, padre e hijo menor de edad-. Tal como aclararon esta mañana, el camionero que volvió de Buenos Aires y que dio negativo al test, no participó del evento.
Desde allí, las autoridades tuvieron que rastrear a cada invitado, aislarlo y establecer una red de sus contactos recientes, es decir, ciudadanos que también residan en otros departamentos. En consecuencia, se estima que 1.075 personas fueron intervenidas a raíz del brote en el barrio Espejo.
Del universo de contactos estrechos, solo siete -un total de 10 con la familia inicial- dieron positivo al Covid-19 hasta el reporte del domingo por la noche emitido por el Ministerio de Salud. Sin embargo, hay dos casos más sospechosos, cuyos resultados se conocerán en las próximas horas.
Por el festejo multitudinario, la Justicia intervino de oficio y los invitados serán sancionados por violar las medidas de aislamiento.