Arkadi Babchenko ha sido soldado, escritor, corresponsal de guerra y periodista de oposisión. Su vida ha estado llena de imprevistos, pero nada comparado con el último: la escenificación de una muerte que siempre dijo temer.
Al abandonar Rusia en febrero de 2017, Babchenko, de 41 años, denunció una "campaña espantosa" de "acoso" en su contra tras una publicación en las redes sociales sobre la caída de un avión militar ruso que se dirigía a Siria a fines de 2016.
Primero estuvo en República Checa, luego en Israel y finalmente se instaló en Kiev, al igual que otros críticos del presidente Vladimir Putin.
En Rusia, Babchenko se hizo conocer primero por sus crudos relatos de las dos sangrientas guerras de Chechenia, en las que participó como soldado conscripto a los 18 años en la primera y como voluntario en la segunda.
En un libro publicado en Francia con el título "El color de la guerra", cuenta sin ambages su experiencia en los conflictos: la violencia, las atrocidades, el alcoholismo, el hambre, la corrupción.
Tras dejar el ejército, y con un título en Derecho internacional en la mano, comenzó a trabajar como corresponsal de guerra para medios rusos, entre ellos el prestigioso diario Novaia Gazeta, para el que cubrió el breve conflicto con Georgia en 2008.
También cubrió, en artículos destacados en Ucrania, el levantamiento proeuropeo del Maidán en Kiev durante el invierno (boreal) de 2014, y luego el conflicto con los separatistas prorrusos en el este del país, en el que denunció el papel de Rusia, apoyando la tesis de Kiev según la cual ésta sostiene militarmente a los rebeldes, lo que Moscú siempre negó.
Decididamente opuesto a la política del Kremlin, criticó con frecuencia la intervención a partir de 2015 del ejército ruso en Siria e incluso publicó un texto en Facebook sobre un avión ruso que se estrelló en el mar Negro con 92 personas a bordo, en su mayoría miembros del célebre Coro del Ejército Rojo.
Esto hizo a que fuese desposeído de su nacionalidad y expulsado de Rusia.