La venta de nafta súper cayó 5% en agosto, registrando el primer valor negativo para Mendoza luego de 22 meses de crecimiento. Para los especialistas, la retracción es prueba de la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, que repercute en bajas de consumo de toda clase de productos.
La primera señal de este fenómeno fue el traspaso de ventas desde las versiones premium a las naftas de menor octanaje. Es que durante todo un año se registraron fuertes caídas en la comercialización de los productos de mayor calidad, a la vez que se incrementaban los despachos de destilados de precio más bajo.
Economistas consultados por Los Andes explicaron que esa situación era consecuencia directa de la pérdida de poder de compra de los salarios, frente a los aumentos generales de los combustibles.
Ahora, el efecto "traspaso" parece haber finalizado y también la nafta súper empezó a sentir los efectos de la recesión. Según las estadísticas publicadas por el Ministerio de Energía de la Nación, en agosto de este año se vendieron 20.770 m3 de nafta súper en Mendoza, contra 21.858 m3 comercializados en igual mes del 2018 (5% de caída).
Para encontrar otro dato negativo hay remontarse a septiembre de 2017, cuando se observó una leve baja del 0,3% en las ventas de ese producto. A partir de entonces los resultados empezaron a mejorar, llegando incluso a registrar crecimientos superiores al 20% en algunos meses de 2018. La tendencia se mantuvo durante 2019, pero los porcentajes positivos fueron cada vez menores, hasta pasar al “rojo” de agosto.
La retracción tiene dos agravantes. Por un lado, es válido recordar que ese mes comenzó el congelamiento de precios en el mercado minorista, por lo que la devaluación posterior a las PASO no explica, al menos en forma directa, por qué se compró menos nafta que el año pasado.
Por otra parte, entre agosto de 2018 e igual mes de 2019 se incorporaron 20.000 autos al parque automotor de Mendoza (estadísticas publicadas por la Dnrpa). Por lógica, al haber más vehículos se debería vender más nafta, pero los resultados muestran una realidad muy diferente.
Resultado “esperable”
José Vargas, economista y director de Evaluecon, explicó que la principal razón de la baja de consumo de la nafta súper "es la brusca caída del poder adquisitivo de los salarios, más allá de que se congeló el precio de los combustibles".
Para el experto, la retracción en el consumo de nafta premium anticipaba el mismo resultado para la súper. "La gente ya no busca sustituir la nafta por otra de menor valor, sino que elige otras alternativas para transportarse, como el colectivo y la bicicleta", comentó.
Se mostró de acuerdo el economista Pablo Salvador, quien consideró que la caída de los salarios es el principal motivo por el que cae la venta de súper. También coincidió en que se buscan otras alternativas de transporte, aunque agregó que además "crecieron mucho las conversiones a GNC". De hecho, en una nota publicada por Los Andes el 7 de setiembre, los propietarios de talleres de GNC confirmaron un crecimiento del 50% en el nivel de actividad.