La venganza sería el móvil de la muerte de un vigilador privado

Arnaldo Giménez (40) recibió un balazo fatal cuando custodiaba unos barrios en construcción. Denuncian robos constantes.

La venganza sería el móvil de la muerte de un vigilador privado
La venganza sería el móvil de la muerte de un vigilador privado

Tras el crimen del guardia de seguridad ocurrido el domingo en el próximo a inaugurarse barrio Atsa de Godoy Cruz, la policía realiza rastrillajes en la zona, en busca de los asesinos. El homicidio fue  por la noche, cuando el vigilador recibió un disparo en el cuello en medio de un ataque directo. Ayer trabajadores de la construcción se quejaron porque son diarios los robos que sufren, sobre todo los fines de semana.

Las hipótesis que se barajan por el asesinato de Arnaldo Ariel Giménez (40) son varias e incluyen hasta una venganza. Sin embargo, para la Justicia hay algo claro: los agresores dispararon directamente hacia Giménez y sus compañeros, descartando así que el hombre haya quedado en medio de un tiroteo entre bandas.

El crimen ocurrió a las 22.50 del domingo. A esa hora Giménez y sus compañeros -once guardias de seguridad pertenecientes a dos empresas privadas y desprovistos de armas de fuego- estaban divididos por cuadrículas para custodiar las casas de los cuatro barrios Atsa, ubicados en la lateral del Acceso Sur, entre los barrios La Gloria, Los Peregrinos y Paulo VI.

Según relataron las víctimas, de pronto se escucharon disparos que provenían de la esquina más próxima a Los Peregrinos, lugar que estaba a cargo de Giménez y de su compañero Eduardo Wojck (40). La información policial indica que, si bien los trabajadores intentaron refugiarse, Giménez fue alcanzado por una de las balas, que lo hirió a la altura del cuello. Pocos minutos después, los médicos que llegaron al lugar sólo pudieron constatar la muerte del custodio.

Investigaciones inmediatas

Con la llegada de la policía, el clima en los barrios aledaños al Atsa se puso peor. “Prácticamente no se podía estar en ese lugar; es muy peligroso. El barrio (Los Peregrinos) estaba muy convulsionado y se escuchaban disparos a cada rato”, dijo una de las fuentes que trabaja en el caso.

Por eso (y para aprovechar la luz diurna), ayer por la mañana la policía volvió a la zona donde se produjo el ataque en busca de casquillos y rastros que lleven a los homicidas de Giménez. Si bien no trascendieron mayores datos, los investigadores aseguran que el rastrillaje fue exitoso y se mostraron optimistas. En tanto, un reporte policial indicó que hay un sospechoso identificado.

Una de las hipótesis que se baraja por estas horas, es que el crimen de Giménez ocurrió como una venganza: sucede que un día antes, los guardias habían impedido un robo a la barriada y hasta detenido a uno de los ladrones. “Esa es una posibilidad aunque no la tenemos como totalmente veraz. Lo cierto es que dispararon contra los guardias intencionalmente”, agregó la fuente mientras aclaraba que también podría tratarse de un robo aunque los atacantes no alcanzaron a cruzar el cerco perimetral del barrio. El caso está caratulado como homicidio agravado por el uso de arma de fuego y es investigado por el fiscal de Godoy Cruz Gustavo Felhman.

Zona conflictiva

Debido a que el ATSA está ubicado en una zona “caliente” de Godoy Cruz, construir cuatro barrios en ese lugar no ha sido tarea fácil, sobre todo para los trabajadores.

“Los fines semana los robos se incrementan porque no hay movimiento de obreros. O sea, están sólo los guardias de seguridad”, declaró una fuente y dijo que incluso desde la empresa se ha llegado a solicitar custodia policial cuando se han realizado grandes transportes de materiales.

“Además, la gente sabe que los barrios están a punto de entregarse, entonces quieren ir a robarse todo. Se hace muy difícil la vigilancia”, se sinceraron.

Los ATSA son barrios construidos por el Gobierno, bajo el plan Procrear y están a poco de ser adjudicados. El sector donde domingo ocurrió el crimen está destinado a docentes y empleados de la DGE, informaron.

"Quiero terminar ya e irme de este lugar"

Ayer por la tarde, un empleado de la empresa que prefirió mantener su nombre en reserva contó a Los Andes cómo es trabajar en los barrios ATSA.

“Vivimos situaciones de inseguridad de día, de tarde, de noche. Nos apedrean, nos amenazan, nos roban”, se quejó el hombre. “Yo le digo a mi esposa que quiero terminar rápido para irme de acá. Este es mi trabajo, yo lo necesito pero no se puede estar así”, agregó mientras contaba que aún le queda entre uno y dos meses de labor en ese lugar.

El obrero agregó que, por ejemplo, ya no pueden poner ventanas porque cada vez que lo hacen, desaparecen. Es más, muchas de ellas ayer mostraban los vidrios rotos por piedrazos.

Durante la nota, tres niños de no más de diez años tiraban piedras desde afuera del cerco perimetral del barrio, con la intención de pegarle a los trabajadores y policías que custodiaban.

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