La Vendimia que nos identifica

A pesar de todos los avatares, Mendoza festeja otro año de producción y trabajo. La Fiesta de la Vendimia es la expresión cultural de este festejo. Y contra viento y marea, aun cuando las dificultades asolan, como este año, los mendocinos no cejan en ofre

La Vendimia que nos identifica

Hoy los mendocinos conoceremos el nombre de la nueva Reina Nacional de la Vendimia, que será durante un año la genuina representante del esfuerzo de los habitantes de esta provincia y de su cultura por el trabajo de la tierra.

Quienes nos visitan para disfrutar turísticamente y acompañarnos en nuestro festejo también merecen que se les explique el sentido de lo que perciben en nuestras calles y esta noche en el Teatro Griego. Como todos los años, la luminosa velada del Frank Romero Day servirá para que la provincia muestre al mundo, con un espectáculo singular, cómo se rinde tributo al esfuerzo de un año de perseverancia en la viña.

Si bien aquí gozamos de un clima mayormente benévolo, los percances climáticos siempre se presentan y hacen que el mendocino deba estar preparado permanentemente para sobreponerse de las circunstancias adversas. En Mendoza una y otra vez nos hemos sobrepuesto de las adversidades, incluyendo los movimientos sísmicos más destructivos.

Nuestra geografía, desde el surgimiento de la provincia, nos enseñó que nada es posible sino con el esfuerzo diario para cuidar los cultivos. Para ello, además, es sumamente importante el aprovechamiento del agua proveniente de los glaciares andinos que, con una planificada administración, permitió optimizar el riego agrícola. Es así como el verde paisaje que distingue tanto a nuestras calles y paseos como a viñedos y otras zonas rurales sembradas es producto de la paciencia y perseverancia de hombres y mujeres que desafiaron los embates de la naturaleza. Ese verde notable que adorna nuestros oasis irrigados es producto de esa cultura del agua y el trabajo, que es sello distintivo de los mendocinos. Sin ese apego, hoy Mendoza sería un desolado desierto.

Por ello la Gran Fiesta de esta noche, que se repite año tras año, fue pensada como homenaje a nuestra vitivinicultura, a través de la cual creció y se hizo grande Mendoza. Pero es justo destacar que la del vino es la actividad madre de esta provincia, porque a partir de ella surgieron y crecieron otras labores agrícolas exitosas y la ingeniería en sus distintos campos encontró el ámbito propicio para desarrollarse y apoyar el crecimiento que hoy sigue dando a nuestra economía protagonismo en el ámbito nacional e internacional.

Para Mendoza y sus hijos nada resulta fácil y el trabajo es considerado el capital más preciado. De ahí el apego a la producción y a la austeridad que predomina en cada rincón sembrado de la provincia.

Finalmente, esta Fiesta Nacional de la Vendimia 2017 nos debe servir a los mendocinos para detenernos a valorar y premiar el esfuerzo de quienes con su labor mantienen viva la provincia. Que ese orgullo innato que nos surge para esta época, cuando los turistas que llegan se maravillan y nos felicitan por nuestra cultura y nuestros logros, nos dé la fuerza necesaria para unirnos en la búsqueda de acciones beneficiosas para todos.

Los hechos que son de dominio público, sobre los que se debe exigir una exhaustiva investigación, pusieron a prueba nuestra valoración por esa identidad que es nuestra Fiesta, que nunca más merece ser humillada.

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