Esta semana la alemana de origen judío Alice Frank Stock, con 101 años recién cumplidos, reveló al Diario inglés The Daily Mail que fue vecina de Adolf Hitler.
Radicada desde 1937 en Inglaterra habitó durante años –junto a su familia- un departamento en Múnich, cercano al que perteneció al líder nazi desde 1929.
A pesar de vivir a unas puertas del futuro Führer, jamás mantuvo alguna conversación con él o interacción de algún tipo. De hecho lo vio en muy pocas oportunidades y recuerda: "Su auto se detenía y dos hombres de las SS lo escoltaban. Él se apresuraba para ingresar al departamento, obviamente aterrorizado de alguien que intentara matarlo".
Adolf vivía allí con su sobrina Geli Raubal, que estudiaba medicina en una Universidad cercana. A pesar del parentesco, se obsesionó con ella de manera enfermiza al punto de no permitirle salir sola e impedirle el contacto con otros hombres. El político alemán Otto Strasser señaló que la joven le confesó ser sometida a aberraciones sexuales por parte de su tío. Geli terminó suicidándose en septiembre de 1931, aunque las sospechas sobre un asesinato jamás fueron acalladas.
Alice comentó que entonces "escuchamos muchos rumores, del cocinero y otros. Vimos que se llevaban un ataúd desde la entrada. Creo que una sobrina de Hitler vivía allí y luego murió. Se especuló sobre cómo y cuándo murió. Creo que había algo de cierto en que en el ataúd había una mujer. Pero nunca hubo confirmación y no se podía hablar abiertamente".
Con el acceso al poder del líder nazi, la familia Frank se vio obligada a vender un violín de 200 años para conseguir dinero y escapar hacia Inglaterra.
Por su parte Hitler jamás se desprendió del departamento, aunque se mudó de allí en 1934. De enormes dimensiones incluía nueve habitaciones, dos baños, una cocina, un amplio pasillo y un guardarropa.
El edificio, ubicado en Prinzregentenplatz al 16 de Munich, terminó siendo comprado en su totalidad por el Partido Nazi durante la década de 1930. Actualmente sigue de pie y es sede de la "Oficina de Financiación de Munich" dependiente del Estado de Baviera. El segundo piso, donde vivía Hitler, no está abierto al público.
En cuanto a Alice, además de aportar su novedoso testimonio a las crónicas de la Historia Contemporánea, confesó haber tenido una buena vida y nos recomendó desde su longevidad "muchas caminatas, junto con una copa ocasional de vino tinto".