El archivo y fondo bibliográfico del filósofo e historiador mendocino Arturo Andrés Roig, fallecido en 2012 a los 89 años, pasaron a la Biblioteca Central de la Universidad Nacional de Cuyo.
Se trata de un acervo de 7.000 ejemplares y más de 3.000 documentos (escritos y anotaciones), que el público, con acceso restringido, podrá consultar.
La inauguración de este espacio está previsto mañana a las 11, en un acto que presidirá el rector Daniel Pizzi, la secretaria académica Adriana García, familiares y miembros de la comunidad en general.
La decisión del traslado del material a su nuevo destino, fue una decisión compartida de los 4 hijos del pensador: Hebe (doctora en Ciencias de la Educación), Betty Elizabeth, el entomólogo Arturo (h), y Horacio, este último radicado en Alemania. Los tres primeros residen en Buenos Aires.
Betty Elizabeth, investigadora social, hablando en representación de los cuatro hermanos, señaló que el traslado de los ejemplares “es la coronación de los múltiples aportes que hizo nuestro padre a la comunidad, que él tanto quería y a la que se brindó totalmente”.
Recordó además que el aporte está precedido de otro, que don Arturo efectuó en vida a la casa de altos estudios: los 1.000 ejemplares de la Colección “Pensamiento ecuatoriano”. También entregó 700 ejemplares de escritores mendocinos a la Fundación Ecuménica de Cuyo.
Uno de los 2 hermanos vivos de Arturo, el ingeniero agrónomo Virgilio Roig (el otro es el abogado Enrique Roig), contó que “el patrimonio era tan voluminoso que Arturo hizo construir una pequeña casa prefabricada en los fondos de su vivienda de la calle Vicente López para albergar tantos volúmenes. Yo consulté parte de ellos muchas veces”.
En su nueva morada, la Biblioteca Central, que se llama Arturo Andrés Roig, las autoridades universitarias dispusieron de un espacio vidriado especial, separado de las estanterías de la biblioteca, donde los usuarios podrán acceder al material.
El director de la biblioteca, Horacio Degiorgi, comentó que en el armado de la sala especial se respetó el orden y la distribución que don Arturo dispuso para su colección de libros y revistas sobre filosofía, historia, literatura y otros temas que eran de su interés, con especial orientación al pensamiento argentino y latinoamericano. Se encuentran también libros y publicaciones de su autoría, manuscritos y trabajos en versión original. Además se procuró recrear el espacio de estudio y trabajo del filósofo en un escritorio con sus artículos y objetos personales.
Hay que señalar que la Biblioteca Central lleva el nombre del intelectual mendocino, como reconocimiento a su extensa trayectoria académica y su particular devoción por los libros y las bibliotecas.
A partir de ese momento, personal bibliotecario del Sistema Integrado de Documentación (SID) realizó el trabajo de traslado.
Además de valorarse en la provincia y la región la trascendente novedad, Betty Elizabeth dijo que se están recibimiento "numerosas adhesiones a nivel internacional"
Obviamente en el índice de este patrimonio están los libros del historiador, como “Los krausistas argentinos” (1969), “El pensamiento latinoamericano y su aventura” (1994), “La universidad hacia la democracia”, “Ética del poder y moralidad de la protesta” y “El pensamiento latinoamericano y su aventura”, entre otros.
El director Degiorgi es otra de las personas felices por el acervo que incorpora la institución que conduce. “La mudanza y catalogación de los ejemplares, se hizo con cuidado, respeto y profesionalismo, siguiendo los criterios que había fijado el maestro”, señaló. La operación de traslado fue complicada, empleándose un camión para llevar las obras a la sede del campus universitario.
La catalogación de los libros exigió 10 jornadas y 2 más para el empaquetado, disponiéndose de 10 personas para cumplir con esa tarea.
Un pensador de vastas proporciones
Arturo Andrés Roig nació en Mendoza el 16 de julio de 1922, aunque registrado 2 meses después y falleció el 30 de abril de 2012.
Ingresó a la Universidad Nacional de Cuyo y egresó en 1949, tras obtener un título en Ciencias de la Educación (Profesor de Enseñanza Secundaria, Normal y Especial en Filosofía).
Continuó sus estudios en La Sorbona. De regreso en Argentina, empezó a enseñar filosofía en la Universidad Nacional de Cuyo, en 1955, con un interés especial en los filósofos regionales.
Poco después, este interés se expandió a los filósofos nacionales y latinoamericanos. Hasta su muerte fue el director-editor responsable de la publicación científica Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas editada por el Instituto de Ciencias Sociales, Humanas y Ambientales, Cricyt- Conicet.
Es uno de los ejemplos más logrados de la filosofía latinoamericana, por la cual recibió numerosos reconocimientos en el país y en el extranjero. Sus discípulos de diversas generaciones, reconocieron siempre su condición de maestro, sencillo, generoso y de entrega total.