Lo vaticinaron las encuestas y los resultados terminaron por darles la razón, y de forma holgada: la extrema derecha tendrá representación en un parlamento regional español.
El partido Vox logró su declarado objetivo de entrar en el Parlamento andaluz y superó todas las expectativas, alcanzando casi 400 mil votos, el 11%, y 12 diputados. La irrupción de esta formación con un discurso abiertamente xenófobo es espectacular: cabe recordar que en 2015 ni siquiera alcanzó el 1% de los votos.
Estos resultados dan además a Vox la posibilidad de propiciar un vuelco histórico en Andalucía. Sus bancas son necesarias para que, junto a los del resto de formaciones de la derecha, PP y Ciudadanos; desbanquen al PSOE y a la actual presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.
Las tres formaciones suman 59 escaños, sobrepasando de forma suficiente los 55 que marca la mayoría absoluta, y el líder del Partido Popular andaluz, Juanma Moreno, ya expresó su deseo de que se produzca el "cambio". Los socialistas dejarían de gobernar esta comunidad tras 36 años de hacerlo de forma ininterrumpida.
Festejo
El éxito fue celebrado por la política de extrema derecha francesa Marine Le Pen, quien tuiteó: "Felicitaciones a mis amigos de Vox, quienes esta noche en España han logrado un resultado muy significativo para un movimiento tan joven y dinámico".
Vox atrajo votantes con su dura postura sobre la inmigración indocumentada, su oposición a la independencia de Cataluña y sus llamados para que el Peñón de Gibraltar sea devuelto a España.