Los días oscuros de Kevin Spacey no terminan. Después de las múltiples denuncias por abuso y acoso sexual, quien fuera una gran estrella dos veces ganadora del Oscar ha pasado al sótano de la industria: fue desvinculado de "House of Cards", Ridley Scott lo reemplazó en "Todo el dinero del mundo" por un soberbio Christopher Plummer (que fue incluso nominado al Oscar) y ahora llegó otra estaca en la carrera del actor.
Su última película, "Billionaire Boys Club", donde trabaja con los jóvenes Ansel Elgort, Taron Egerton y Emma Roberts, se estrenó el viernes 17 en Estados Unidos. Y ese día pasó, efectivamente, lo que se esperaba.
Fue una decisión arriesgada. Solo había llegado a distribuirse en diez de ellas, recaudando ese primer día apenas 126 dólares. La mejor taquilla se tuvo en una sala de la ciudad de Connecticut, con apenas 45 dólares.
"Esperamos que estas acusaciones angustiantes relacionadas con el comportamiento de una persona que no se conocieron públicamente cuando la película se rodó hace casi dos años y medio y que tiene un pequeño papel secundario no empañen la obra", había comentado de forma esperanzada el estudio Vertical Entertainment antes del estreno.
La taquilla demostró que no solo fue un fracaso, sino que también irá fácilmente al récords de las películas peor recibidas de la historia.
Mientras tanto, las denuncias se le acumulan a Spacey, quien ya está siendo investigado por tres nuevas acusaciones de agresión sexual.
