Lauren Bacall se convirtió en estrella casi desde el primer momento en que apareció en pantalla. Modelo y actriz en Nueva York antes de mudarse a Hollywood a los 19 años, Bacall alcanzó la fama de inmediato en 1944 con una escena de su primera película: “Tener y no tener”. Al salir de la habitación de hotel del personaje interpretado por Bogart, dice: “No tienes que decir ni hacer nada. Nada en absoluto. Sólo silbar. ¿Sabes silbar, no es así, Steve? Sólo juntas los labios y soplas”.
Con ese aire confiado y sensual, no sólo nació una estrella sino el comienzo de una leyenda, un título que fue puliendo a través de los años con más papeles protagónicos, su característico ingenio neoyorquino y su matrimonio con el propio Bogart, con quien formó una de las parejas de Hollywood más famosas de todos los tiempos.
La actriz nominada al Oscar recibió dos premios Tony, un Oscar honorario y montones de papeles en cine y tevé. Sin embargo, para su frustración ocasional, se le recordó mucho por su relación con Bogart y la industria la trató más como a una estrella que como a una gran actriz. Bacall vivió 50 años más que su esposo, pero nunca superó su estatus de ícono.
Eran Bogie y Bacall, la pareja de carácter fuerte que podía pelear y hacer las paces como los mejores. A diferencia de Spencer Tracy y Katharine Hepburn, Bogart y Bacall no eran sólo una historia de polos opuestos que se atraen sino de almas gemelas y ardientes. Bacall tenía menos de la mitad de la edad de Bogart, pero era tan lista y madura como él. Juntos estelarizaron títulos memorables como la ya citada “Tener y no tener”, de Howard Hawks; “Senda tenebrosa” (1947, Delmer Daves) o “Huracán de pasiones” (1948, John Huston), ofrecieron fiestas que duraban toda la noche, salieron de juerga con Frank Sinatra y otros y formaron una pandilla de parranderos de California conocida como el Rat Pack de Holmby Hills, que Sinatra reavivaría tras la muerte de Bogart.
Sin Oscar
Bacall actuó en películas durante más de medio siglo, pero ninguna le generó la misma atención que las de sus inicios. Al menos no hasta 1996, cuando recibió una nominación al Oscar como actriz de reparto por su papel de madre del personaje de Barbra Streisand en “El espejo tiene dos caras”. Y aunque era una favorita sentimental para recibir el galardón, el Oscar fue para Juliette Binoche por “El paciente inglés”. Finalmente obtuvo una estatuilla honoraria en 2010, que le otorgó la Academia de Hollywood por su trayectoria de 70 años.
"La idea de que cuando llegue a casa voy a tener en mi habitación a un hombre con tres piernas es excitante", dijo sarcástica.
Su imagen pública igualaba sus apariciones en la pantalla: era franca, incluso ruda, con un trasfondo de humor sardónico, todo lo cual demostró en su exitosa autobiografía de 1979 "By Myself" (en 2005 publicó una edición actualizada, "By Myself and Then Some").
De la pasarela al estrellato
Bacall, cuyo verdadero nombre era Betty Joan Perske, nació en el Bronx el 16 de setiembre de 1924 y fue criada por su madre, una inmigrante rumana, luego de que sus padres se separaron cuando era niña (su madre usó parte del apellido de la familia, Bacal, y Betty le agregó la segunda l cuando se convirtió en actriz).
“Mi infancia es una confusión”, escribió Bacall en su autobiografía. En ella cuenta las pesadillas por las discusiones de sus padres, los problemas de su madre para ganar lo suficiente para vivir y la vez que la enviaron a un internado.
Diana Vreeland, la afamada editora de la revista Harper's Bazaar, creyó que sería una gran modelo de modas y Bacall apareció a menudo en la publicación. La esposa del cineasta Howard Hawks la vio en la portada de la revista y recomendó que se le extendiera un contrato en Hollywood. Hawks se convirtió en su mentor, la adiestró como actriz y la presentó en sociedad. Preparaba la cinta “Tener y no tener”, que Bogart protagonizaría, basada en un cuento de Ernest Hemingway con guión de William Faulkner.
Para ese momento Bacall había adquirido el nombre artístico de Lauren, aunque Bogart y sus amigos seguían llamándola Betty.
En su autobiografía cuenta también que, al conocer a Bogart, "no hubo un relámpago ni estruendo de truenos, solo un sencillo ¿cómo estás?", aunque en el primer día de rodaje le temblaron tanto las manos que no pudo hacer una escena sencilla en la que encendía un cigarrillo.
Al final de la tercera o cuarta toma, recuerda en el libro, "me di cuenta de que la única manera de evitar que mi cabeza temblara era mantener la barbilla baja, casi pegada en mi pecho, y levantar los ojos hacia Bogart. Funcionó y ese fue el comienzo de 'la mirada".
El trabajo dio pie al romance. La diferencia de edad de 23 años (él la llamaba "Baby") no logró desanimarlos, pero enfrentaban un obstáculo serio: Bogart aún estaba casado con la actriz Mayo Methot, con quien protagonizó batallas bien publicitadas por el alcohol. La convencieron de que se divorciara y los amantes se casaron el 21 de mayo de 1945.
“Cuando me casé con Bogie'', dijo Bacall en una entrevista en 1994, “acordé poner mi carrera en segundo lugar, pues de lo contrario él no se hubiese casado conmigo. Había tenido tres matrimonios fracasados con actrices y no estaba dispuesto a tener otro igual”. Aun así, apareció en unas pocas películas sin Bogart: “Agente confidencial”, con Charles Boyer (1945); “Young Man with a Horn” (1950, Michael Curtiz) junto a Kirk Douglas, y “Cómo pescar un millonario” (1953), con Marilyn Monroe y Betty Grable.
Fin de fiesta
Tuvo a su hijo Stephen en 1949 y a su hija Leslie en 1952. También tuvo actividad política junto a su Bogart en contra de las listas negras que señalaban a los sospechosos de comunismo en Hollywood e hizo campaña por los demócratas. Pocos pueden olvidar la foto de Bacall sobre un piano con las piernas colgando, y Harry Truman -entonces vicepresidente de la Nación- sentado frente al teclado.
Pero la fiesta comenzó a decaer en marzo de 1956, cuando a Bogart le diagnosticaron un cáncer de esófago. La noche de 14 de enero de 1957, Bogart tomó a su esposa por el brazo y murmuró, "Adiós, pequeña". Murió en la madrugada a los 57 años.
Tras un período de duelo, Bacall tuvo un romance con Frank Sinatra que terminó muy mal. “De hecho, Frank me hizo un gran favor: me salvó del desastre que habría sido nuestro matrimonio”, escribió en “By Myself”.
Aun llorando a Bogart, dejó Hollywood en octubre de 1958. Hizo una película en Inglaterra, y una obra teatral destrozada por la crítica pero relevante porque así conocería a su segundo esposo en Broadway: Jason Robards Jr. Él era similar a Bogart en el sentido de que era un actor consumado, bebedor... y casado. Luego de que Robards se divorció de su segunda esposa, él y Bacall se casaron en 1961, pero los problemas del actor con el alcohol y sus infidelidades, los llevaron al divorcio en 1969.
“Applause” en 1970 y “La mujer del año” en 1981 le merecieron a la actriz los respectivos premios teatrales Tony.
Sus últimas películas incluyeron títulos como “Misery” (1990, de Rob Reiner), “Prêt-à-Porter” (1994, Robert Altman); fue la madre de Barbra Streisand en “El espejo tiene dos caras” (1996) que le valió un Globo de Oro al año siguiente; también fue la madre de Nicole Kidman en “Reencarnación”, de 2004, con quien ya había trabajado el año anterior en “Dogville”, de Lars von Trier. Con el director danés también hizo “Manderlay” en 2005 y al año siguiente apareció brevemente, como ella misma, en la serie televisiva “Los Soprano”.
El anuncio
“Con profunda tristeza, pero con mucha gratitud por su increíble vida, confirmamos la muerte de Lauren Bacall”, indicó el mensaje escrito en Twitter por los hijos de actriz.
Bacall murió en su residencia, el célebre edificio Dakota de Nueva York donde tuvo vecinos como John Lennon y Yoko Ono, a consecuencia de un derrame cerebral, aseguró por su parte el portal especializado en celebridades TMZ.
La actriz tuvo dos hijos con Humphrey Bogart (Stephen y Leslie) y un tercero con el actor Jason Robards (Sam), que la sobreviven.
Tras conocerse su muerte, la Academia también publicó en su cuenta de Twitter un video de la actriz recibiendo la estatuilla con la frase “He sido muy afortunada en la vida”.