Una batalla internacional en torno a una escultura de Picasso, valuada en más de 100 millones de dólares, culminó ayer tras un acuerdo financiero entre las partes, evitando así un juicio que comenzaría en setiembre en Nueva York.
El conflicto implicaba a la hija y a la nieta del artista español, a un agente de Londres que había negociado la compra de la escultura en 2014 para la familia real de Catar, y a un comerciante de arte estadounidense que también la había comprado en mayo de 2015.
Los herederos de Picasso aceptaron pagar una suma de un monto no precisado a Pelham Europe, el agente londinense de la familia real de Catar, que había negociado en noviembre de 2014 la compra de la escultura "Buste de Femme (Marie-Thérese)" por 47 millones de dólares con la hija de Picasso, Maya Widmaier-Ruiz Picasso.
Pero la venta se frustró unos días antes del último pago. Según Pelham, la hija de Maya, Diana, no estaba de acuerdo con la venta y había negociado por su parte vender la escultura de 1931 a Larry Gagosian, un comerciante de Estados Unidos por 105,8 millones de dólares.
La galería Gagosian la vendió luego al multimillonario León Black, fundador de la sociedad de inversiones Apollo Global Management, por un monto desconocido.
Éste habría recibido la estatua el pasado febrero, una vez culminada una exposición de obras de Picasso, de la cual era parte, en el Museo de arte moderno de Nueva York.
Gagosian y Pelham Europe se habían presentado ante la justicia al mismo tiempo.
Todas las partes indicaron el miércoles en un comunicado conjunto que estaban "contentas" de haber alcanzado "un acuerdo global de buena fe regulando todas las cuestiones".
Black quedó finalmente en posesión de la escultura tras firmarse este acuerdo.