La última creación que ha salido de los hangares de Motorsport, la división deportiva de BMW, es el M2, la versión más potente y radical de la Serie 2, que por sus características promete altísimas dosis de emoción.
Esta cupé mide menos de 4,5 metros de largo y 1,4 de altura. La única diferencia importante con las versiones convencionales de la Serie 2 es en el ancho, ya que en el M2 crece 8 centímetros. Su diseño tampoco difiere demasiado, pero sí cuenta con un tratamiento estético diferencial, que se aprecia principalmente en la trompa, con grandes tomas de aire, y en la cola, con un agresivo difusor de aire y dos salidas dobles de escape.
Sin embargo, y como casi siempre ocurre con los modelos preparados por Motorsport, este decorado sport no está ni cerca de mostrar el potencial de este BMW.
Por dentro
Es que debajo de su capot esconde un motor naftero de 6 cilindros, sobrealimentado por un turbocompresor, que entrega 370 caballos de fuerza. Podrá ser combinado con una caja manual de seis marchas o una automática de siete.
Claramente la opción de la transmisión manual tiene una finalidad que apunta a las sensaciones de manejo o a captar a los puristas de la marca bávara. Es que la eficacia de la versión automática es superior en todos los aspectos.
Por ejemplo, en aceleración, con la caja de doble embrague se cuenta con el sistema Launch Control, un dispositivo que utilizando la electrónica, permite mover al vehículo con la máxima aceleración posible sin que las ruedas se queden patinando en el lugar. Así es que el 0-100 km/h lo logra en 4,3 segundos, mientras que con “la manual”, lo hace en 4,5 segundos. Lo mismo en consumo, 7,9 L/100 km y 8,5 L/100 km, respectivamente.
Eso sí, con cualquiera de las dos transmisiones, la velocidad máxima está limitada en los 250 km/h. Pero existe la posibilidad de llevarla a los 270 km/h si se opta por equipar al M2 con el paquete M Driver, que incluye un curso de manejo deportivo en un circuito.
La variante con caja automática ofrece seis opciones de manejo, tres en modo completamente automático y otros tres en modalidad secuencial. Con ellos se modifican distintos parámetros de la dirección, la respuesta del motor y la velocidad de paso de marchas, entre otros. También incluye una opción para hacer patinar las ruedas traseras, que son las motrices en este caso, a baja velocidad.
El bloqueo del diferencial trasero está controlado electrónicamente. Esto permite que las ruedas posteriores giren cada una libremente, sean solidarias en el movimiento o vayan intercalando entre ambas opciones. Esto se realiza en forma automática en función de la velocidad de las ruedas, la posición de la dirección, del pedal del acelerador o de la presión sobre el freno, entre otras informaciones. Según BMW, con este diferencial activo se incrementa la capacidad de tracción.