Desde hace tres días, una carta viene circulando entre los convencionales radicales que asistirán a la cumbre nacional de la UCR del lunes 27, en Parque Norte: "se propone construir un nuevo frente, sin excluir a nadie, con nuevos actores y nuevo programa, y se contempla la posibilidad de presentar un candidato radical en una eventual PASO de Cambiemos", resumió un dirigente radical en charla con este medio.
Esa hoja de ruta fue conversada el miércoles por la noche en un restaurante español del barrio de Montserrat por la plana mayor del radicalismo. Allí confluyeron el titular de la UCR y gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo; el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales; el cofundador de Cambiemos Ernesto Sanz, Enrique "Coti" Nosiglia, los senadores Rozas y Najdenoff, y los diputados nacionales Mario Negri y José Cano.
En líneas generales, hubo coincidencia sobre la posición política que la conducción radical impulsará en la Convención (básicamente, ampliar Cambiemos y proponer candidato para las PASO). Las posibilidades de que esto prospere, sin embargo, son relativas. Sobre todo, la incorporación a la alianza gobernante de los peronistas de Alternativa Federal, de Roberto Lavagna, o los socialistas santafesinos.
Esos aliados políticos están en tratativas con el grupo radical minoritario que representan Ricardo Alfonsín, Federico Storani y Juan Manuel Casella. La ampliación política de Cambiemos puede leerse como una confluencia de las posiciones de Cornejo y la conducción radical con los díscolos partidarios. Hay una realidad soslayada por los radicales que cenaron menú español: Massa, Urtubey y Lavagna se han cansado en las últimas horas de repetir que rechazan un acuerdo electoral con Macri. Los peronistas de Alternativa Federal buscan una tercera vía y ellos invitan a sumarse a la UCR.
"El Cambiemos de 2015 no tiene las respuestas para el 2019; hay que hacer una nueva mayoría con un nuevo programa, sin exclusiones. Si el Pro no quiere, será su problema", dijo a este medio Ricardo Alfonsín.
Pero la conducción radical no quiere romper puentes con el Pro. Y el macrismo tampoco quiere echar de Cambiemos al radicalismo. Ni cambiar de nomenclatura como proponen los radicales rebeldes. Ayer, Marcos Peña difundió una selfie con Negri. "Con mi amigo", escribió el jefe de Gabinete en Twitter. Negri visitó la Casa Rosada. Macri lo invitó a tomar un café la próxima semana y ya le adelantó un título: encarar la tarea que antes era responsabilidad de los diputados del Pro Monzó y Massot, reorganizar Cambiemos en Córdoba, tras la paliza electoral que le propinó Juan Schiaretti al oficialismo nacional.
La cena ocurrió horas después de que Cornejo dijera, en una jornada organizada por la Cámara de Comercio estadounidense, que no necesariamente Macri debía ser el candidato presidencial de Cambiemos.
Algunos comensales le criticaron la definición. Saben que la candidatura de Macri -hoy- es innegociable para el Pro y que la especulación con una eventual candidatura de María Eugenia Vidal solo debilita al Presidente en su tramo final de gestión. Además: la UCR no tiene hoy un candidato propio competitivo. Una dura verdad admitida en la cena del miércoles.