Las 101 mayores empresas productoras de acero de China sufrieron pérdidas por U$S 11.000 millones en los primeros 10 meses de 2015, el doble que el total de ganancias obtenidas en 2014.
La capacidad de producción de la siderurgia china ascendió a 1.140 millones de toneladas el año pasado y clausuró en los primeros 6 meses de 2015 instalaciones productoras de 50 millones de toneladas (4% del total), que serían 120 millones/180 millones en los próximos 12 meses, con el objetivo de lograr un nivel de utilización de 80%.
Las pérdidas de las grandes empresas estatales chinas del acero se acentúan. En octubre, las pérdidas netas de las 101 firmas principales alcanzaron a U$S 3.500 millones, 28% más que en el mes anterior; y el índice de producción de acero cayó a 37 en noviembre, 5,2 puntos menos que en octubre (un nivel inferior a 50 indica contracción).
China produjo 800 millones de toneladas de acero en 2014, cuatro veces más que el mayor nivel alcanzado por cualquier país en la historia, lo que implica que, con una economía que se expandió 6,9% en el tercer trimestre de 2015, la capacidad excedente es de 400 millones de toneladas.
Standard & Poor's (S&P) advierte que la capacidad de pago de las grandes firmas estatales de la República Popular -acero, cemento, vidrios industriales- empeora progresivamente y que la relación deuda bruta/ganancias de las 200 mayores (antes del pago de intereses, impuestos, depreciación y amortización) aumentó de 3 a 5 entre 2008 y 2014, y sería 7 en 2016.
Lo que mantiene en pie el crecimiento de la República Popular frente a esta tendencia deflacionaria es el desarrollo del sector servicios, privado en más de 90%. El índice de servicios trepó a 53,6 en noviembre (11,9% en los 4 últimos trimestres), y la actividad manufacturera se expandió 0,2% en 2014: este año se contraería 1%/ 2%. La agricultura, entre tanto, creció 4,8%. El sector terciario es ya el mayor impulso al auge del PBI en China (fue 44% del producto en 2010 y trepó a 50% en el último trimestre de 2015).
China se ha volcado al consumo doméstico y enfrenta la enorme presión deflacionaria de su industria estatal con el crecimiento de los servicios y la nueva empresa privada.
La industria estatal creció 15% por año entre 2000 y 2013, con una tasa de inversión de 47% del PBI; y ahora se contrae 3%/5% anual.
La industria privada ha crecido 18% anual desde 2008 y representa 2/3 del PBI, sumada al sector servicios. Esta alza ha sido acompañada por un vuelco del crédito a su favor, obra de la desregulación financiera (tenía una cuarta parte de los nuevos créditos en 2009 y ahora son más de la mitad).
La tasa de retorno de las empresas estatales es hoy negativa (no cubre el costo del capital), mientras que el sector privado ofrece un nivel de ganancias 30% superior, brecha que tiende a ampliarse.
Lo fundamental son las nuevas compañías. Más de la mitad de las firmas privadas han sido creadas en el último lustro; y se han constituido más de 40 millones de nuevas empresas entre 2009 y 2015.
Las startups de alta tecnología aumentaron 56% el año pasado, y un promedio semejante los 5 años previos. La inversión alcanzó en ellas a U$S 15.500 millones en 2014, el triple que el año anterior.
China posee 12 startups surgidas en los últimos 7 años cuya valuación supera ya U$S 1.000 millones. El rasgo común de las startups es su escasa sobrevida, y las que lo logran son usualmente compradas a valores récord por los tres grandes de Internet -Baidu, Alibaba y Tencent-, cuyo nivel de capitalización sumado supera los U$S 300.000 millones.