La transformación tiene costos

La transformación tiene costos

Por Rodolfo Cavagnaro - Especial para  Los Andes

Cuando comenzó el gobierno de Mauricio Macri, todos los integrantes de su equipo y el mismo presidente sabían que les esperaba una tarea ardua. Lo que quizás no llegaron a dimensionar adecuadamente era el  nivel de reacción que se iba a producir, ni los costos reales que esa transformación o cambio prometido traerían aparejados.

Las primeras decisiones, como levantar en cepo a las exportaciones, el cepo cambiario y eliminar retenciones a las exportaciones, con una disminución gradual para la soja generaron una expectativa positiva y el dólar comenzó a cotizarse por debajo de los niveles en los que cotizaba en los mercados informados o en la bolsa. Todo un éxito, que duró muy poco.

En principio, los exportadores de granos liquidaron la mitad de lo que habían comprometido, porque el nivel del dólar no les convencía, pero igual la divisa no subía porque la demanda no reaccionaba y eso le permitía al Banco Central no tener que intervenir.

Pero la devaluación generó una ola de acomodamiento de precios, justificados o no, por las dudas, mientras el sistema estadístico sigue sin aportar certezas. Y luego vinieron reacomodamientos en los precios de la electricidad, las naftas y próximamente el gas. Todavía no han hablado del transporte.

Como producto de todo esto el dólar siguió subiendo porque los operadores prefieren no aferrarse a pesos al ver la cantidad de promesas que hace Macri que tienen alto costo fiscal y que, saben, deberán asumirse con emisión monetaria.

La excusa del discurso

El martes Macri hizo su primer discurso inaugurando las sesiones ordinarias del Congreso y formuló algunas críticas que parecían un cachetazo, pero el peronismo, en forma corporativa reaccionó como si hubiese sido una pateadura.

En realidad muchas de estas críticas habían sido aceptadas ya por el senador Pichetto o por su par Abal Medina. Entonces, ¿por qué esta sobre reacción amenazando con no aprobar el nuevo decreto de devolución de recursos a las provincias? ¿Por qué las amenazas de no aprobar el acuerdo con los holdouts, que los mismos gobernadores esperaban?

El discurso de Macri fue la excusa buscada por los gobernadores que se enfrentan a las consecuencias de sus propias demandas y que recién ahora comienzan a cuantificar.

La modificación del mínimo no imponible de ganancias era algo prometido por Massa, Macri y Scioli, igual que el levantamiento del cepo cambiario y de las exportaciones. Pero Massa y los justicialistas amenazaron con modificar las escalas ellos mismos si el Ejecutivo no mandaba el proyecto, que finalmente mandará. ¿y cuál es la queja?

El problema es que solo el mínimo no imponible significa menores ingresos por 49.000 millones de pesos, de los cuales las provincias debe asumir 25.000 millones menos de coparticipación. Pero con nuevas escalas, la disminución de recursos para las provincias puede llegar a los 40.000 millones. Eso pone locos a los gobernadores que se ven amenazados con tener que hacer ajustes, como le pasa a Alicia Kirchner.

Las provincias petroleras exigen que se mantenga artificialmente alto el precio del petróleo para cobrar más regalías y las demás lo piden para cobrar coparticipación de los impuestos atados a los combustibles.

Por todo esto es que se han lanzado como lobos hambrientos para cobrar el 15% que Cristina les robó durante 10 años y luego les “regaló” en los últimos días de mandato y entonces esgrimen el discurso de Macri como excusa para presionar y extorsionar amenazando no aprobar el acuerdo con los holdouts.

Pero los gobernadores que tienen buenos equipos técnicos saben otra cosa. Para recuperar la competitividad de las economías regionales hay que bajar la inflación, pero lo que ellos piden la va a acelerar. Solo les queda el camino del ajuste de sus propios gastos y bajar impuestos, entre ellos el más retrógrado y dañino: ingresos brutos.

Ninguno quiere recorrer este camino. Además, sin acuerdos con los holdouts el único camino sería una mega devaluación que lleve al dólar a $ 30, y así las economías regionales podrían recuperar competitividad sin que ellos ajusten. Saben que la gente se maneja por valores nominales y no por valores reales. Prefieren esto a pagar el costo del ajuste.

Volverán a las negociaciones y tratarán de buscar nuevas excusas, pero lo real es que quieren recursos para que el que ajuste sea Macri, y el presidente aún tiene que tomar una decisión para darle unidad de criterio a su equipo económico. Si opta por el gradualismo de Prat-Gay o la ortodoxia de Sturzenegger y Frigerio.

Lo que permite todo esta situación es la tibieza que suele mostrar Macri ante los embates que le hacen. Por eso el mercado desconfía y temen que los gobernadores puedan imponer su lógica. En un proceso de cambios, siempre hay costos. Deberían saberlo y mensurarlo debidamente y con rapidez. Si ellos no hacen el ajuste, lo hará el mercado de forma dolorosa, y no sería la primera vez.

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