Esta semana Mendoza fue testigo de lo que podríamos denominar las dos caras de la misma moneda. Es una verdad de perogrullo, pero vale la pena recordar que, en las crisis están los que ganan y los que pierden, y este es el espectáculo al que todos asistimos: un día La Campagnola cerró y al otro, Simplot abrió.
El lunes Arcor anunció la mudanza de sus operaciones de San Martín a su planta de Villa Mercedes y con ello más de un centenar de trabajadores quedaron sin trabajo o con la obligación de reubicarse en otra provincia para conservarlo.
La empresa adujo entre sus razones: los altos costos, el incremento de las importaciones y la caída generalizada del consumo. Se sabía desde hace un tiempo que Arcor poco a poco iba desmantelando sus operaciones en la provincia para poder operar desde otros puntos más estratégicos y finalmente esta semana se concluyó con ese ciclo.
En tanto, el martes, antes de que se apagara el “fuego” de La Campagnola, el primo del Presidente Mauricio Macri, Fabio Calcaterra junto con inversores extranjeros, cortaron la cinta de la primera fábrica de papas pre congeladas de Mendoza, un concepto más que disruptivo para una provincia que ha apostado sistemáticamente al “monocultivo”, es decir, a la vitivinicultura y otro tanto a la fruticultura.
Si la papa para industria cultivada en Mendoza, y exportada desde aquí puede ser la “salvadora” para algunos productores hortícolas y otros que se sumen, eso está por verse. Pero bien podríamos decir, que estos privados, en caso de que su proyecto sea exitoso para el cual desembolsaron 140 millones de dólares, serán los primeros que piensan en Mendoza fuera de la “caja cómoda” del vino y buscan con una inversión real, cambiar la matriz productiva de Mendoza.
La provincia no es zona de cultivo de papa, eso estaba reservado en Argentina para el sudeste de la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, la zona de Balcarce. De hecho, McCain otra fuerte compañía del mercado tiene emplazada su planta allí. Entonces por qué Mendoza: según explicó Calcaterra, la papa que se produce en nuestra provincia, por las condiciones climáticas, tiene 22% de materia seca versus 16% que tiene la papa que se produce en otras zonas y esto se asemeja a los resultados que se obtienen en Idaho, una de las regiones de mayor producción de papa de Estados Unidos.
Además de la variedades específicas que plantan aquí, tanto blancas como amarillas, algunas de ellas: Innovator, Russet Burbank, Ivory, entre otras, al parecer la amplitud térmica juega un papel esencial.
Resta esperar para saber si finalmente Mendoza se convierte en la tierra prometida para la papa de industria y si esta inversión termina traccionando, tal como pasó en la vitivinicultura, que otros jugadores importantes también desembarquen en nuestra provincia y llegue el cambio.