Hay teorías disparatadas en este mundo, para muchas de las cuales es largo dar noticias.
Una que anda juntando adeptos en estos momentos es que la tierra no es una esfera: es plana. Como una tortita raspada, como una sopaipilla. La teoría no es nueva, ya que antes de que Colón comenzara su viaje para venir a visitarnos había quien sostenía esta teoría y la defendía a rajacincha.
Nuestros antepasados solían inventar historias y leyendas y mitos que hablaban de cosas que nunca existieron: los dioses griegos, Polifemo, el super héroe de Hércules, la Atlántida jamás descubierta, por sólo citar algunos. Pero bueno, ellos suplían con imaginación lo que les faltaba de conocimiento, entonces que supusieran que la tierra era plana no era una entelequia, era una posibilidad.
Después el hombre mismo se fue descubriendo y haciendo viajes cada vez más extensos, conociendo con sus propios ojos cuál era la realidad. Fueron Magallanes y su segundo, Juan Sebastián Elcano, los primeros en dar vuelta a la Tierra, demostrando la esfericidad con sus navíos.
Ahora surge esta teoría que no tiene, al menos que yo conozca, ningún fundamento. Como todos los planetas del sistema solar, la Tierra es redonda, con un ligero achatamiento en los polos, tal cual nos enseñaron en la escuela primaria.
Decir que la Tierra es plana es como decir que la pelota de fútbol es cuadrada o que el auto tiene las ruedas arriba del techo, o que la naranja es como una tortita raspada. Si la tierra fuese cuadrada el agua de los mares se caería en alguno de sus extremos y los barcos caerían al vacío. Un barco vacío es un mal negocio.
Desconocen los sostenedores de estas posturas todas las observaciones que los astrónomos y los astronautas han realizado alrededor de la tierra y niegan la veracidad de las filmaciones y las fotografías sacadas a la distancia de nuestro planeta. Es decir, dicen que la Nasa miente, por ejemplo, y que toda la información que se ha juntado en torno a la Tierra es una falacia.
Yo no sé de dónde sacan estas cuestiones. Sería mejor que se pusieran a pensar seriamente sobre la importancia del agua en la navegación y la influencia, relativa, del aire en la respiración. Creo que sería más valioso.
Podemos ponernos en la situación de ellos e imaginar. Imaginar por supuesto que las Pirámides de Egipto son un cubo, que el Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires es redondo y que la Torre Eiffel está inclinada noventa grados. Sin embargo hay gente que cree en esta posibilidad y hace días hizo un encuentro para afirmar sus creencias. No conozco sus fundamentos, insisto.
Tal vez los tengan y para ellos sean concluyentes, pero la esfericidad de la Tierra está ampliamente documentada, sino no habría satélites dando vuelta cerca de su superficie, y la ley de la gravedad debería ser replanteada. Tal vez sea gente que quiera distraernos de los problemas que agobian al planeta y darnos una posibilidad de sonreír con fundamento. Tal vez sea un intento de cambiar las cosas porque como están muchas veces parecen no funcionar redondamente.
La Tierra plana: vuelve la interpretación de los antiguos y nosotros nos preparamos para cavar, porque entonces las antípodas estarían más cerca y podríamos ir a China apenas hagamos un pozo del grosor de la Tierra plana. Entonces El viaje al centro de la Tierra de Julio Verne sería toda una posibilidad.