La investigación fue llevada a cabo en la Universidad Federal de Pelotas en Brasil por el Dr. Bernardo Lessa Horta, quien con una base de 6000 beses relevó información sobre su amamantamiento y 30 años después los relacionó con exámenes de coeficiente intelectual y otras variables de desarrollo personal y social.
El científico brasilero aclara "nuestro estudio provee la primera evidencia de que el amamantamiento prolongado no solo aumenta la inteligencia hasta, por lo menos, los 30 años de edad sino que también tiene un impacto a nivel individual y social, al mejorar el desempeño escolar y laboral".
"El mecanismo que parece estar por debajo de estos efectos benéficos de la leche materna en la inteligencia es la presencia de ácidos grasos encadenados saturados (DHAs), encontrados en la leche del pecho materno, que son esenciales para el desarrollo del cerebro. Nuestro hallazgo de que el amamantamiento está relacionado positivamente con el CI en la adultez también sugiere que las cantidades de leche consumidas juegan un rol importante", afirma el Dr. Horta.