La tecnología y la escuela

La pandemia y la necesidad de educar desde el hogar ha generado una relación estrecha entre la escuela y la tecnología.

La tecnología y la escuela
La tecnología y la escuela

Una de las primeras actividades que fue protegida cuando avanzó la difusión del COVID-19 fue la educación. En el caso de Mendoza, fue una de las primeras jurisdicciones en suspender el dictado de clase tradicionales para pasar al dictado de clases a distancia.

Dada la premura con la que tomó la decisión de evitar que los chicos  jóvenes asistan a clases, se comenzó a desarrollar un sitio, que luego se replicó con otro de la Nación.

De todos modos, con el andar del tiempo fueron apareciendo varias falencias que obligaron a buscar diversas adaptaciones.

La necesidad del dictado de clases a distancia sacó a la superficie muchas debilidades, que venían siendo advertidas, pero no eran atendidas debidamente. Es que nuestro sistema educativo no había incorporado los avances tecnológicos ni había formado a los docentes en el manejo de estas herramientas.

Luego de un mes se han podido ver diversas particularidades. En primer lugar, el funcionamiento de portal educativo parece muy aceptable y aún resta que se sigan subiendo contenidos, algo que nunca se había pensado para alumnos que debían faltar y que de haberse previsto, les hubiera permitido mantenerse al día.

Más allá de lo que puede elucubrar la burocracia de las Dirección General de Escuelas, la realidad de los maestros y profesores es totalmente distinta. En principio, no todos los alumnos tienen computadoras.

O muchos que la tienen, las familias dejaron de pagar servicios de internet que, en Mendoza, son absurdamente caros y de baja calidad.

Otros tienen teléfonos celulares con paquetes de datos, aunque estos son limitados y, en este caso, el Gobierno consiguió que las empresas de telefonía celular no cobraran uso de datos a quienes ingresan en este sitio oficial para la Educación.

No obstante la comunicación entre los docentes y alumnos se hace a través del uso de WhatsApp, un sistema de mensajería muy popular que permite enviar audios y videos e incluso mantener video conferencias.

Por esta vía los maestros y profesores van enviando diariamente los materiales y las consignas sobre las que los alumnos deben trabajar.

En realidad esta situación tomó por sorpresa a los docentes, algunos reaccionaron más rápido y a otros les costó por no estar familiarizados con esta metodología pero, de cualquier manera se han cubierto las necesidades porque, además, aquellos chicos que no tienen acceso a estas tecnologías, han recibido cuadernillos de tareas, que también debieron improvisarse.

Pero esta crisis puso en problemas a los padres. Dado que la mayoría debe hacer cuarentena con sus hijos, se ven compelidos a involucrarse de lleno en las actividades escolares de sus niños, pero también debieron lidiar con problemas de conducta y con las actitudes propias de chicos sobre estimulados.

Algunos, en silencio, tratan de imaginarse cómo hace un maestro con 35 niños cuando ellos no pueden con dos o tres, que además son sus hijos

El panorama indica que los alumnos deberán seguir estando en sus casas por un tiempo mayor, y esto es un desafío que, además, dejará valiosas enseñanzas.

La tecnología deberá servir para estructurar una base de datos permanente, la cual tendrá que ser actualizada y servirle de apoyo a los docentes y a los alumnos.

Es muy bueno descubrir la utilidad de avanzar rápidamente con el uso de tecnología, pero poco se hará si el Gobierno provincial no consigue que las prestadoras de internet mejoren sus prestaciones y bajen sus precios.

Las diferencias de precios y calidad generan una brecha muy difícil de llenar con la Ciudad  de Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe. En esto, Mendoza pierde competitividad.

También hay que relevar las zonas que no tiene acceso a la tecnología para intentar llegar de alguna manera o preparar un sistema de comunicación con esas comunidades. Además, hay que revisar los planes de capacitación docente para actualizar la formación de nuestros formadores.

Pero lo importante es que revaloricemos la escuela. Tanto el gobierno, como las familias deben reconocer la importancia de la escuela como ámbito de socialización y aprendizaje y de los maestros y profesores como guías, formadores y contenedores. Pero ahora con la compañía de la tecnología.

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