El permanente seguimiento que hace este diario de la siniestralidad vial seguida de muerte o con heridos graves en nuestras vías de comunicación, revela que se mantiene alta la tasa de accidentes y que la situación debe seguir preocupando a la sociedad.
Los valores de la accidentología del tránsito en rutas y calles nos indica que no podemos resolver la ecuación de circular con seguridad y sin percances. Que caminos y arterias de diferentes lugares no están en sus mejores condiciones, nos tendría que servir de condicionante para desplazarnos con más cuidado y bajo las premisas del manejo defenque hace este diario de la siniestralidad vial seguida de muerte o con heridos graves en nuestras vías de comunicación, revela que se mantiene alta la tasa de accidentes y que la situación debe seguir preocupando a la sociedad. Los valores de la accidentología del tránsito en rutas y calles nos indica que no podemos resolver la ecuación de circular con seguridad y sin percances.
Que caminos y arterias de diferentes lugares no están en sus mejores condiciones, nos tendría que servir de condicionante para desplazarnos con más cuidado y bajo las premisas del manejo defensivo.
Pero, como ha revelado recientemente la sección Policiales de este matutino, desde que comenzó el año en curso se registraron 53 muertos en incidentes de tránsito.
Repetimos: en solo tres meses. Un desenlace gravoso para la comunidad en general, y en particular para las familias afectadas.
Abril no comenzó de la manera más propicia, ya que al momento de redactar esta columna se habían registrado cuatro muertos en incidentes de tránsito, siendo el más grave el acaecido en Potrerillos el día del feriado por Malvinas, en el que perdieron la vida dos mujeres que viajaban como acompañantes en un automóvil guiado por un conductor de 91 años.
Marzo fue el mes con más víctimas fatales: se registraron 20, seguido por enero con 17 y febrero, con 16.
Lo más preocupante es que se sigue manteniendo la tendencia de que las personas más jóvenes son las que más se involucran en percances de tránsito, no pocos de los cuales son fatales o producen serias lesiones a sus protagonistas. De los 333 fallecidos en siniestros viales en Mendoza durante 2017, sólo 48 fueron adultos mayores, es decir 14% del total.
Este segmento de la población tiene una menor incidencia en accidentes viales porque con los años los conductores se tornan más prudentes, tienden a cuidarse más y por ende a sus acompañantes, no utilizan, en general, teléfonos celulares mientras manejan y son menos propensos a cometer infracciones y a respetar las señales viales. Excepciones, claro, siempre hay.
Las causas de los siniestros seguidos de muerte, muchos de los cuales se hubieran podido evitar adoptando algunas precauciones elementales, siguen siendo la conducción imprudente y negligente de una unidad automotor, y que en determinados casos se convierte en temeraria: alta velocidad en la mayoría de las veces; reflejos condicionados por ingesta de alcohol e incumplimiento de reglas básicas de tránsito al manejar.
Por eso siempre sostenemos que debe existir rigor para quienes sobrepasan los límites de la seguridad vial, tratando con severidad a los que conducen con niveles de alcohol en sangre, que en definitiva son los que más exponen a riesgos a terceras personas.
El acento y la preocupación por la reiteración de estos sucesos, deberá traducirse en una mayor vigilancia de las vías de comunicación por parte de los efectivos competentes, quienes deberán poner atención en general sobre todo el universo de personas que conducen vehículos, pero con una concentración mayor entre los componentes menores de 40/45 años, cuya forma de conducir, en determinados casos, deja mucho que desear a juzgar por su presencia en las estadísticas rojas de la seguridad vial.
En síntesis, si la responsabilidad personal no aflora al momento de conducir un automotor, serán las autoridades de control vial y las del posterior juzgamiento las que deben actuar con severidad.
