La siguiente guerra de verdad en Siria será la de Irán contra Israel - Por Thomas L. Fried

La siguiente guerra de verdad en Siria será la de Irán contra Israel - Por Thomas L. Fried
La siguiente guerra de verdad en Siria será la de Irán contra Israel - Por Thomas L. Fried

Frontera Israel-Siria, Altos del Golán. Deténganme si ya han escuchado esto: Siria estallará. Lo sé: ya lo han escuchado antes, pero esta vez lo digo literalmente.

El ataque contra Siria por parte de Estados Unidos, Reino Unido y Francia para castigar a su régimen por su uso vil de armas químicas -y la promesa de Rusia de responder- en realidad solo es la segunda confrontación más peligrosa que se desarrolla en aquel país.

Es aún más peligroso que Israel e Irán, precisamente al mismo tiempo, parecen acercarse a un enfrentamiento en Siria a causa de los intentos de Irán para convertir a la nación siria en una base aérea de avanzada contra Israel, algo que este último ha prometido que jamás pasará.

No se trata de especulaciones. En las últimas semanas -por primera vez en la historia- Israel e Irán han comenzado en silencio a atacarse directamente en Siria, y no a través de representantes.

Es posible que esta fase silenciosa esté apunto de terminar.

Israel e Irán están a punto de pasar al siguiente nivel y, si eso sucede, sería difícil que Estados Unidos y Rusia se queden fuera del conflicto.

Permítanme explicar qué está pasando desde un puesto de vigilancia en la frontera entre Israel y Siria, donde estuve hace un par de días.

Comencemos con el hecho de que el castigo con misiles de crucero más reciente por parte de Estados Unidos, Reino Unido y Francia parece ser una operación extraordinaria y el impacto será contenido.

Rusia y Siria no están interesadas en provocar otro ataque contra Occidente ni en aumentar el nivel de intervención de las tres grandes potencias occidentales en Siria. Además, las tres potencias occidentales no quieren involucrarse más en Siria.

Es más preocupante y probable la guerra directa e incontenida que se gesta entre Israel e Irán, porque podría estar a punto de iniciar la segunda fase.

La primera ocurrió el 10 de febrero, cuando un dron iraní que lanzó la Fuerza al-Quds de la Guardia Revolucionaria que opera al exterior de la base aérea T4 de Siria, al este de Homs en Siria central, fue derribado con un misil de un helicóptero Apache israelí que lo estaba siguiendo después de que entró en territorio aéreo israelí.

Los primeros reportes señalaban que el dron iraní solo estaba en una misión de reconocimiento. Sin embargo, el brigadier general Ronen Manelis, portavoz del ejército israelí, dijo el viernes que el trayecto de vuelo del dron y "el análisis operativo y de inteligencia de Israel de las partes del vehículo iraní no tripulado" indicaban que "la aeronave llevaba explosivos" y su misión era "un acto de sabotaje en territorio israelí".

No puedo verificar ese señalamiento de manera independiente, pero el hecho de que los israelíes sostengan esa declaración debería ser una señal de alerta. De ser cierto, sugiere que la Fuerza al-Quds -comandada por Qasem Soleimani, la mente maestra del ejército iraní- podría haber intentado lanzar un ataque militar de verdad contra Israel desde una base aérea en Siria, no solo una misión de reconocimiento.

"Esta es la primera vez que vimos que Irán hace algo contra Israel…  no mediante representación", me dijo una fuente militar israelí. "Esta situación inauguró un nuevo periodo".

En efecto, ayuda a explicar por qué los jets israelíes lanzaron un ataque de misiles antes del amanecer en la base T4 del dron iraní el lunes pasado. Esa habría sido una gran noticia -Israel asesinó a siete miembros de la Fuerza iraní al-Quds, entre ellos al coronel Mehdi Dehghan, quien dirigía la unidad del dron- pero se perdió en gran medida entre la reacción global (y los tuits de Trump) en torno al uso de armas químicas del presidente Bashar Al Assad dos días antes.

"Fue la primera vez que atacamos blancos vivos iraníes, tanto infraestructura como gente", dijo la fuente militar israelí. Los iraníes no solo anunciaron abiertamente sus vergonzosas pérdidas a través de la agencia noticiosa semioficial Fars -han restado importancia a muertes indirectas previas debido a ataques israelíes en Siria- pero después juraron públicamente que se vengarían.

"Los crímenes no quedarán impunes", dijo Alí Akbar Velayatí, un asesor principal del líder supremo de Irán, durante una visita a Siria.

Desde entonces, los altos funcionarios israelíes de defensa han informado que si los iraníes llegaran a atacar blancos israelíes podrían aprovechar la oportunidad para llevar a cabo un contraataque masivo en toda la infraestructura militar de Irán en Siria, donde Irán intenta establecer tanto una base aérea de avanzada como una fábrica de misiles guiados por GPS que podría atacar blancos dentro de Israel con mucha mayor precisión -dentro de un radio de 50 metros- y desplegarlos desde Siria y con Hezbolá en el Líbano.

Estos funcionarios de defensa dicen que no hay ninguna probabilidad de que Israel cometa el error que ocurrió en el Líbano -cuando dejaron que Hezbolá estableciera una amenaza masiva de misiles- al permitir que Irán haga lo mismo directamente en Siria.

Ahora pueden entender por qué es una situación tan peligrosa, incluso sin el castigo de Estados Unidos, Reino Unido y Francia por el uso de armas químicas por parte de Assad.

Irán afirma que está estableciendo bases en Siria para protegerla de Israel, pero este último no tiene intenciones respecto de Siria; en realidad prefiere al enemigo que ya le es familiar -Assad- en lugar del caos. Además, no ha intervenido en la guerra civil sino para evitar la expansión de la infraestructura militar de Irán o para tomar represalias por proyectiles rebeldes o sirios que cayeron en territorio israelí.

Entiendo las preocupaciones de seguridad de Irán en el golfo; enfrenta a algunos poderes árabes suníes proestadounidenses que intentan contener su influencia y socavar su régimen islámico. Desde la perspectiva de Irán, son una amenaza.

¿Pero qué está haciendo Irán en Siria?

El intento de Teherán de construir una red de bases y fábricas de misiles en Siria -ahora que ha ayudado en gran parte a Assad a aplastar el levantamiento en su contra- parece ser un juego de poder y ego por parte de Soleimani, el líder de la Fuerza al-Quds de Irán, para extender el alcance de Irán en partes clave del mundo árabe suní y avanzar con su lucha de poder con el presidente Hasán Rouhaní. La Fuerza al-Quds de Soleimani ahora más o menos controla -a través de representantes- cuatro capitales árabes: Damasco, Beirut, Bagdad y Sana.

Irán de hecho se ha convertido en la "potencia ocupante" más grande del mundo árabe. Sin embargo, Soleimani podría estar sobrestimando su poder, sobre todo si se encuentra en una confrontación directa con Israel en Siria, lejos de Irán, sin cobertura aérea.

Después de todo, incluso antes de esta situación, muchos iraníes promedio estaban preguntando públicamente qué rayos está haciendo Irán peleando guerras en Siria, el Líbano y Yemen, y gastando miles de millones de dólares que estaban destinados a los iraníes como resultado del levantamiento de las sanciones del acuerdo nuclear de Irán.

Esa es seguramente una de las razones por las que Irán no ha tomado represalias…  aún. Soleimani debe pensarlo dos veces antes de comenzar una guerra a gran escala y directa con Israel, debido a otra gran noticia de la que muchas personas no se han percatado: la moneda iraní está colapsando en el país.

Veamos esta noticia del 12 de abril en CNBC.com: El rial iraní "se ha desplomado hasta llegar a un bajo histórico mientras se viven incertidumbres económicas y políticas crecientes, lo cual ha provocado que los iraníes corran a los bancos e intenten desesperadamente adquirir dólares estadounidenses y las casas de cambio se han visto obligadas a cerrar sus puertas para evitar filas largas y caóticas". El rial ha perdido un tercio de su valor tan solo este año, señaló la noticia.

Además, los funcionarios militares israelíes creen que el presidente ruso Vladimir Putin y Soleimani ya no son aliados naturales. Putin quiere y necesita una Siria estable donde su marioneta Assad pueda tener el control y Rusia mantenga una presencia naval y aérea de avanzada para lucir de nuevo como una superpotencia… sin invertir demasiado.

Rouhaní de Irán también prefiere una Siria estable, donde Assad haya consolidado su poder y donde no se drene el presupuesto iraní. No obstante, Soleimani y la Fuerza al-Quds parecen aspirar a un mayor dominio del mundo árabe y a ejercer más presión sobre Israel.

A menos de que Soleimani retroceda, están a punto de ver cómo una fuerza imparable en Siria -la Fuerza al-Quds de Irán- choca contra un pilar inamovible: Israel.

Abróchense los cinturones.

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